En el 2015 Motolov veía lejana la idea de trabajar un disco acústico. “Solo si es en chino”, bromeaba entonces Paco Ayala, bajista de la legendaria banda de rock mexicana, que hoy se asoma hacia un panorama diferente con “El desconecte”, producción que recopila sus más grandes éxitos, aquellos que comparten una crítica constante a los desastres de la política.
— En una entrevista dijiste que volver a grabar estos temas fue “un regreso a la música, pero con mayor compromiso”.Pues la verdad, es que ya ni me acuerdo [risas]; pero sí. Obviamente, hay muchas canciones que hemos tocado por más de dos décadas y, de repente, no sé si la palabra es que te aburres o te cansas de hacerlo. Creo que te desgastas de tocar lo mismo, pero no puedes abandonarlas porque hay gente que va a nuestros conciertos por ciertas canciones en particular. Esa idea se nos quedó en la cabeza y dijimos: 'Ok, hagamos un desconectado o versión acústica de estos éxitos, pero que sean de una forma interesante para que sí tengamos ganas de tocarlas cada vez que debamos hacerlo'. Fue un buen reto.
— ¿Qué fue lo que más les costó de ese reto?Todo el proceso fue rarísimo. Las acústicas las usas cuando ensayas, estás en el autobús o de gira. Es otro ambiente y dinámica, pero nos divertimos mucho en la experiencia. Tocar sentados es algo que nunca hacemos; tocar [rodeados] de silencio, menos. Nos llamó la atención porque se trata de otra etapa y, de cierta manera, es una forma de que nos dé gusto volver a interpretar estas canciones.
— ¿Y por qué eligieron “Here We Kum” como el primer sencillo del disco?Mera coincidencia. Fue la primera canción que montamos, la primera que se grabó en el programa [“MTV Unplugged”] y como tal funcionó. Si hubiéramos hecho eso de escoger otra habría terminado en una gran discusión.
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— Con más de 20 años de carrera musical, ¿les sorprende que aquellos problemas que narraban en sus primeras canciones se ajusten a los de las nuevas generaciones? Parece ser que muchas cosas no han cambiado, y lo digo porque en diciembre se inicia un nuevo gobierno para ustedes.Es una triste realidad. Acercarnos a las nuevas generaciones y que nos escuchen es algo que ya nos ha pasado. A nuestros conciertos van hijos y sobrinos de los fans, y lo que sucede es que piensan que canciones como “Gimme Tha Power” (1997) o “Frijolero” (2003) salieron hace un mes, es algo impresionante. Te das cuenta de que, por un lado, la música te puede acercar a nuevas generaciones y es genial poder conectar con ellos. Pero, por otro, está la triste realidad en la que vivimos: en diciembre empieza un nuevo gobierno y volvemos a pensar lo mismo [negatividad]. Creo que no le podemos echar la culpa ni toda la responsabilidad a una sola persona o Gabinete. Es una cuestión de que todos tiremos hacia el mismo lado. Ahí está lo interesante, ojalá que el país se mantenga igual de unido que cuando quisimos sacar al PRI [Partido Revolucionario Institucional] del gobierno para siempre. Espero que nos pongamos las pilas para tener esa inquietud y ganas.
— Sabiendo que llegan a diversos públicos, ¿qué temas les preocupa transmitir en su música hoy? ¿Hay algo que les falte explorar?Quién sabe. Las canciones las hacemos según lo que nos pasa o lo que está aquí cerquita a nosotros y nos rodea. La verdad es que no sabría si falta algún tema por tocar o qué es lo que se nos está escapando de las manos. Desgraciadamente, en la parte de la crítica social los problemas son los mismos, lo que cambia es el malo de la película. Es como una broma, una tristeza que siga siendo así. Y, seguramente, ahora [con el nuevo gobierno] va a haber inspiración para escribir más canciones.
— Hoy que la música se mueve a la velocidad del rayo y los nuevos artistas se concentran en generar un alto número de reproducciones, ¿Motolov revisa esas estadísticas?La verdad no. Siempre estamos de gira, trabajando y haciendo lo nuestro. Si haces conciertos y la gente asiste, entonces el indicador inmediato es que vamos bien. Significa que hay algo que no se nos ha olvidado y aún nos mantenemos en la atención de las personas. [...] En los festivales siempre pensamos que sería bueno que haya más bandas para cerrar este tipo de eventos o encabezando los carteles de artistas. Siento que nunca es suficiente y se necesitan más grupos.
— ¿Les molesta que en sus presentaciones la gente siempre les pida interpretar un éxito como “Puto” (1997)? No, es algo natural. Yo creo que si tu grupo favorito no toca la rola que esperas es normal que el público la reclame o pregunte qué onda en redes sociales.
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— Tienes 42 años. ¿Cómo mantienes intacta la pasión por lo que haces?Me pongo igual de nervioso antes de tocar en un concierto. [Nuestra pasión] se convirtió en trabajo y lo único que debemos hacer es desarrollarla de la mejor manera. Si no lo hacemos bien, no comemos ni cobramos. Eso es motor suficiente para seguir.
— ¿Qué le dirías hoy al Paco que recién empezaba en esta industria?No tomársela muy en serio. Nunca creer que estás en un lugar privilegiado porque nadie está asegurado en esta carrera. No hay nada seguro ni para el día de mañana.