El panorama se muestra positivo para Morat. La banda de origen colombiano acaba de estrenar “Balas perdidas” –su segundo álbum de estudio–, supera los 215 millones de visitas entre sus cuatro últimos videoclips de YouTube y ha conseguido que el nuevo disco sea el primero con que una banda latina coloca todos sus temas en el top 100 de Spotify México desde el 2015. Sin embargo, para la agrupación –formada por Martín Vargas, Simón Vargas, Juan Pablo Villamil y Juan Pablo Isaza– el motivo de su orgullo va mucho más allá de esos factores.
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“Que nosotros lleguemos a un país y que alguien nos pregunte por J Balvin antes que por Pablo Escobar es motivo de alegría. Todo aquel que, de cualquier manera, esté llevando el nombre de nuestro país en alto está haciendo algo bien”, explica Martín Vargas, el baterista de Morat, en una conversación telefónica con El Comercio.
Él hace hincapié en el narcotráfico, problema que ha sido asociado a Colombia durante muchos años. “No sé si la palabra correcta para describirlo sea una mala imagen, pero sin duda antes se resaltaba un aspecto del país que como colombianos no nos hacía sentir orgullosos. Cuando alguien te pregunta por esos temas [el narcotráfico], no lo hace por hacerte sentir mal, se trata de un tema de ignorancia que los medios y series a veces promueven. [...] Es un orgullo que la música latina, de cierta manera, tome en este momento un papel por encima de ese concepto”, agrega el músico.
EL CONCEPTO DE BANDAPara esta segunda producción discográfica, los integrantes de esta agrupación que tiende a ser catalogada como pop-folk –una etiqueta que ellos prefieren ignorar, pues creen que no encajan con un género específico– apostaron por crear un abanico de géneros, tal como ellos lo describen.
“El camino desde el primer disco [‘Sobre el amor y sus efectos secundarios’ en el 2016] ha tenido un cambio físico respecto a cómo cantábamos o cómo tocábamos los instrumentos antes. Creo que con tanto tiempo de gira, hemos conseguido convertirnos en mejores músicos. Por otro lado, si el primer disco funcionó, hay una gran parte de ese álbum que la gente quiere seguir oyendo, pero sin duda uno como artista tiene que innovar. Para ‘Balas perdidas’ nos propusimos eso. Hemos pasado por el flamenco, el rock y temas más bailables”, afirma.
Los temas de Morat –en su mayoría– abordan el amor y desamor. Para ellos, el que todos los miembros del grupo toquen instrumentos y compongan sus propias canciones les da un valor agregado y les ha permitido conectar con un público diverso.
“Sobre todo en este momento particular de la música en que lo urbano juega un papel importante. En ningún momento buscamos descalificar al género porque a los cuatro nos alegra que lleve el nombre de Colombia. Pero sentimos que [en las nuevas generaciones de músicos] el sentimiento de banda cada vez está menos presente, así que hemos intentado abanderar eso. Cada uno tiene un papel importante en la agrupación”, finaliza Vargas.
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