Jaime Cuadra asegura que a veces la gente puede ser injusta con él cuando le dicen que es marketero. Cierto es que, a pesar del éxito de su trilogía musical “Cholo soy”, el chill out no es un género que despierte confianza más allá de cafetines y discotecas. Sin embargo, el productor sostiene que su música proviene del corazón y que, antes de pensar en cómo venderla –porque de algo hay que vivir–, la siente dentro de él cuando se encuentra en plena etapa de composición.
Su lanzamiento más reciente es “Raza”, un disco en el que, acompañado por una banda de ukukus enmascarados, mezcla sonidos andinos con géneros como el pop y el funk. “Siempre estuve inclinado más hacia lo costeño”, sostiene Cuadra. “Pero esta vez quería hacer un proyecto poderoso que presente el sonido peruano, pues la gente en el extranjero, cuando escucha las quenas y zampoñas, no piensa en Bolivia ni Ecuador, sino en el Perú”, agrega.
—Después de hacer música con una big band en “Latino”, ahora vuelves a echar mano de instrumentos peruanos.
Lo que siempre explico es que antes de ser cantante, soy un productor musical, un creador de conceptos antes que un ‘performer’. Nunca dejé la idea de hacer música peruana. “Raza” lo venía cocinando hace dos años y medio, viendo cómo podía crear un concepto musical que tenga una banda, que compita afuera en el circuito del world music y que además presente de alguna manera el sonido andino, pero con otra base musical, escapando un poco del folclor.
—¿Por qué fusionar elementos peruanos con música electrónica?
Este disco no es netamente electrónico, ha sido grabado 80 por ciento en vivo. Que tenga sus motivos electrónicos es otra cosa. Es más parecido a Daft Punk en todo caso.
—Pero el sonido, más allá de que sea hecho en vivo, no deja de ser electrónico.
Los teclados tal vez, pero este es un disco más funk/pop/andino. Y también tiene hip hop.
—¿Por qué mezclar tantos gé- neros en un solo disco?
Quería crear un subgénero. Hacia ahí apuntaba, no es mezclar por mezclar. Y creo que lo he logrado. Esto se va a consolidar en el siguiente disco que haga con los Ukukus Brothers. Con ellos me encerraré en el Cusco para crear juntos. “Raza” es solo un punto de partida.
—¿Cómo defines el subgéneros que has creado?
Pop funk andino podría ser [risas]. Electrofunk andino si quieres meterle lo electrónico. Ahora, solo el 20 por ciento del disco tiene sonido andino. No he querido pegarme al folclor, sino alejarme de lo que ya existe.
—¿Alejarte de tus trabajos anteriores también?
Claro. Soy como un escritor, no voy a escribir la misma novela siempre. He tratado de separarme totalmente.
—Pero el hecho de usar elementos peruanos es un ancla a la línea que has seguido desde “Cholo soy”.
Es que tengo muchas inquietudes y me quedé con el clavo de hacer algo que funcione en el circuito del world music de afuera, decir que soy peruano y que eso nos represente. Por eso el tema de las máscaras de los ukukus, muy representativas del Cusco.
—¿Hablar de un producto que funcione afuera no es una forma un poco empresarial de ver la música?
Mucha gente dice que soy marketero y no, simplemente hago las cosas bien para que funcionen. “Raza” lo pensé para poder ir a tocar las puertas de este circuito y que se nos abran. Hay que mantenerse en ese nivel.
—Es que parece que hablas de un producto más que de una obra musical.
Cuando hago música no pienso en lo comercial, como si estuviera haciendo un jingle, a pesar de que he trabajado en eso por años. Cuando compongo me gusta hacer cosas que realmente me hagan sentir y me llenen como persona. Donde yo pulo todo es en la presentación: la caja del disco, los invitados, en este caso están La Sarita, Clan Urbano y Jean Pierre Magnet. También el videoclip y la presentación en vivo de la banda. Uno tiene que crear algo, y yo quiero salir del país y dejar el nombre del Perú en alto. No necesariamente tiene que ser con sonidos andinos, pero a mí me gustan y creo que es algo que no se ha explotado.
—Pero ahora uno escucha este tipo de música fusión hasta en las cafeterías.
Sí, pero en esos discos que ponen hay mucha más carga andina. En este caso lo andino es un color que se le da al disco. En la composición sí hablo del Ande, porque no solo es el sonido, sino el contenido.
—Tú vives fuera del Perú y te presentas mucho en escenarios foráneos. ¿Te presentas para colonias peruanas o ante público extranjero?
Casi nunca me he presentado para colonias peruanas. Poquísimas veces. Casi siempre mis shows han sido para extranjeros, dejándome experiencias muy aleccionadoras. Recién en Milán pude probar algo de “Raza”. Entonces, como ves, todo esto que podría parecer marketero lo hago después de la composición. Tengo que tener un concepto claro de cómo va a ser el género del disco en sí, que no sea un arroz con mango. Tratar de que no lo sea, al menos.
—Eso es algo que te critican mucho también.
Bueno, el “Cholo soy” no respetó muchas normas musicales y hasta ahora no he podido superar su éxito, se sigue vendiendo. Fue un disco único, no se comparaba a nada de lo que había cuando salió.
—¿No crees que es inevitable pensar en un arroz con mango cuando hablamos de pop, funk y hip hop en un solo disco?
El 70 por ciento de “Raza” es bien parejo. Son canciones hermanas. Pero hay dos temas hip hop que se separan del resto. Sin embargo, la base musical es la misma. Los arreglos son todos hermanos. Si escuchas “Raza”, es menos arroz con mango que “Cholo soy” [risas].
—¿Continuarás en esta línea experimental?
Sí, desde el “Cholo soy 3” definí que seguiría esa línea, siempre con buen gusto. Son productos que hago con mucha dedicación, los siento. No es para nada como hacer un jingle. Un disco me tiene que llenar a mí, no lo hago pensando solo en salir, aunque la segunda etapa tenga que ver con tocarlo en vivo. Y ese es mi reto ahora.
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