Han pasado más de sesenta años desde que el director de orquesta José Malsio propuso darle identidad a Lima a través de la música. Era 1957 y por primera vez se escuchaba hablar de la Orquesta Filarmónica de Lima (OFL). La iniciativa convocó a una serie de profesionales peruanos y extranjeros que por cosas del destino y debido a los rezagos de la Segunda Guerra Mundial coincidieron en esta parte de América.
El primer concierto en público de la OFL se dio tres años después, un 16 de diciembre, durante la inauguración de la sala José Bernardo Alzedo del Teatro Segura. Aunque los registros de aquella primera versión son pocos se sabe que entre 1964 y 1965 el proyecto terminó. Posteriormente, en la década de los noventa, la orquesta reapareció con gran éxito gracias al esfuerzo del renombrado Miguel Hart-Bedoya, pero un lustro después volvió a disolverse. Un cuarto de siglo deste de su última presentación, de la mano del percusionista Joham Rosel Mendoza, la filarmónica vuelve renovada y con la aspiración mayor de permanecer en el tiempo. Su prueba de fuego será este 25 de marzo en el auditorio del Colegio Santa Úrsula, bajo la dirección del maestro italiano Emmanuele Baldini, quien se desempeña como concertino de la Orquesta Sinfónica del Estado de São Paulo y es director titular de la Orquesta del Conservatorio de Tatuí.
“No sé si es correcto decir que nos respalda una historia, porque somos músicos nuevos, diferentes a los de la época en que todo empezó, pero sí puedo decir que nos estamos esforzando mucho. Creo que es tiempo de empezar a formar público para la música que amamos”
Nueva etapa musical
La destreza de Rosel Mendoza en los timbales abarca más de tres décadas. Su experiencia en la OFL de Hart- Bedoya le dejó una huella tan profunda que en 2016 decidió rescatar el nombre de la orquesta de la que formó parte e inscribirlo en registros públicos. “Cumplimos con todo el marco legal, empezamos a planificar y a comprar algunos instrumentos. Tras mi paso por la filarmónica quedó esa semilla en mí y la constante pregunta de por qué no continuó”. Cuenta el percusionista que el ambiente musical de entonces era tan fabuloso que el sinsabor de la despedida fue el impulsó para intentar replicar, 25 años después, lo logrado entonces. La segunda etapa de la OFL concluyó en 1998 tras el paso de la Asociación Musical Renacimiento, promotora de aquel relanzamiento, a la Universidad de Lima.
El camino que siguió Mendoza en los últimos años fue el de la autogestión, pues se sabe que la falta de financiamiento y la escasez de apoyo tanto gubernamental como privado es uno los grandes obstáculos que todo proyecto cultural en el Perú debe sortear. Con la llegada de la pandemia las cosas parecían complicarse aún más, pero fue precisamente en el transcurso de esos dos años que, junto a la violinista Cecilia Tuesta, inicia la selección de músicos. “No pudimos realizar un concurso porque no somos una entidad grande ni tenemos los recursos para hacerlo. Fue mediante la Orquesta Filarmónica de la Esperanza que invitamos a profesionales de gran trayectoria que radican en el país”. Nuevamente, como en sus inicios, la suerte musical estuvo del lado de la emblemática filarmónica. Como parte de la migración venezolana llegaron al país talentosos instrumentistas que como antaño permitieron ensamblar un grupo privilegiado de individualidades. A ellos, además de músicos peruanos, se suman otros provenientes de Cuba y Bulgaria. La orquesta tiene un formato del periodo clásico y entre ejecutores de violines, chelos, violas, contrabajos, flautas, oboes, clarinetes, trompetas, cornos y timbal suman más de una treintena de participantes. Los ensayos empezaron en 2022 y desde entonces el deseo de convertirse en la mejor orquesta sinfónica de la región es otro de sus objetivos.
La tercera versión de la OFL tiene una peculiaridad adicional a sus antecesoras, no tiene director titular. Pero no es la única en el mundo que no cuenta con uno. La afamada Orquesta Filarmónica de Viena, por ejemplo, es una de las que manejan esta alternativa. “La decisión de no tener director es básicamente porque queremos ser una orquesta gestionada desde los músicos. Más adelante quizás tengamos un director en residencia, pero luego de conocernos más y haber trabajado con varios, veremos cuál se nos acomoda mejor”, sostiene el gestor cultural que ha hecho renacer la orquesta.
Este año, la OFL tiene en mente varios conciertos programados.. Por ahora están confirmadas dos presentaciones auspiciadas por la Embajada de Brasil en Perú, el 25 de marzo con Emmanuele Baldini como director y solista de violín y el 29 de abril con la presencia del maestro Roberto Tibiriçá, leyenda de la música en Brasil. “Nosotros no buscamos dar conciertos rápidamente -subraya Rosel- sino ofrecer la mejor música posible. Esto a veces no se entiende mucho, pero hay que saber que los músicos requerimos de un tiempo de preparación para que la orquesta pueda encontrar un sonido propio, una identidad. En eso estamos desde el 2022″.
Todos los integrantes de la filarmónica saben que el camino elegido es largo y difícil, pero se sienten preparados para consolidar este proyecto musical. “No sé si es correcto decir que nos respalda una historia, porque somos músicos nuevos, diferentes a los de la época en que todo empezó, pero sí puedo decir que nos estamos esforzando mucho. Creo que es tiempo de empezar a formar público para la música que amamos”, señala emocionado el artífice de este relanzamiento. Agrega, además, que la enseñanza que le dejó su paso por la filarmónica de Hart-Bedoya fue hacer buena música con buenos músicos. “Fue mi mayor lección. Queremos seguir su ejemplo de hacer música. Ojalé que en algún momento esta remozada orquesta pueda contar con él como director”.
1° concierto, el sábado 25 de marzo, invitado especial el director y concertista de violín Emmanuel Baldini.
2° concierto, el sábado 29 de abril, invitado especial el director brasilero Roberto Tibiriçá
Lugar: Auditorio del Colegio Santa Úrsula. Dirección: Av. Santo Toribio 150, San Isidro. Entradas: Joinnus.
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