FRANCISCO MELGAR WONG
El éxito de Lucho Quequezana no tiene cuándo agotarse. Su primer álbum, “Kuntur”, fue el disco más vendido en el Perú en el 2011. “Combi”, su álbum más reciente, alcanzó el estatus de disco de oro a solo dos meses de haber sido editado. Ahora, después de un recital en Japón –en el que fue aplaudido de pie por la familia imperial de ese país–, el músico peruano está de regreso para ofrecer dos conciertos consecutivos en el Gran Teatro Nacional. En esta entrevista exclusiva con El Comercio, Quequezana habla de sus principales influencias, de las falacias de la industria de la música y de su peculiar idea del éxito.
¿Alguna vez te has preguntado cómo alguien como tú, dedicado a la música instrumental y sin exposición radial, puede llegar a convertirse en un fenómeno de ventas?La música está repleta de estereotipos y barreras impuestas por una industria que prácticamente no existe. El hecho que un disco instrumental sea el disco más vendido de los últimos tres años es la prueba de que los que piensan que la radio conduce los gustos de la gente están completamente equivocados. Creo que el boca a boca sigue siendo el canal de difusión más honesto que puede existir. Y eso a mí me tranquiliza.
¿Nunca te interesó sonar en la radio?La radio nunca ocupó ni en el más remoto punto de existencia en mi carrera. Yo sabía que no me iban a pasar en la radio. Lo que pasa es que yo hago música instrumental porque es lo que aprendí a tocar y lo que más me gusta. Claro, uno puede tener el prejuicio de que la música instrumental no va a funcionar. Pero los músicos que piensan que la radio es el único medio para que subsistan sus carreras están yendo directamente al suicidio.
De todas formas, tener un programa de televisión también puede haberte ayudado a alcanzar una mayor exposición mediática. ¿No lo crees?La televisión ha aportado a mi carrera, sin lugar a dudas. Felizmente puedo estar en la televisión haciendo lo mismo que he hecho siempre, porque uno puede aparecer en la televisión haciendo cualquier cosa. Eso sí, más allá de que el programa que ahora tengo, “Prueba de sonido”, haya aportado algo a mi carrera, no hay que olvidar que mi primer disco, “Kuntur”, se convirtió en el disco más vendido del país cuando yo aún no tenía ningún programa.
¿Qué diferencias hay entre “Kuntur” y “Combi”, tu disco más reciente?“Combi” [lee aquí nuestra reseña] es un disco mucho más mestizo. En este disco ya encuentras a alguien con más herramientas para contar cosas. A mí siempre me ha gustado el rock, el jazz y un montón de cosas. En “Combi” te cuento que me gusta Pink Floyd, te cuento que me gusta Irakere.
¿Cuáles consideras las principales influencias que se hallan en la base de tu música?Tengo la raíz andina porque la aprendí en Huancayo. Pero como soy del Rímac, también tengo la cumbia que escuchaba en el Club de Tiro. En la universidad me metí al rock y al jazz. Luego me metí a la trova un tiempo. La verdad es que soy un melómano que devora todo lo que pasa por mis manos.
Muchos construyen una carrera en la que ganar un Grammy, o tener un millón de visitas en You Tube, constituyen marcas de éxito. ¿Cuáles son tus marcas de éxito?Yo no estoy en la música para ganar un Grammy, ni para aparecer en la foto o ese tipo de cosas. Yo estoy feliz con el disco de oro que he ganado, pero no hago música para ganar discos de oro. El éxito es cuando después de un concierto llegas a tu casa, te echas en tu almohada y dices: “qué paja, lo que he tocado hoy es lo que me gustaría tocar toda mi vida”. Y si encima puedes vivir de eso, ¡qué más! Si un músico puede hacer eso, ya está.