Lynda Thomas es una cantante mexicana que se hizo popular a mediados de los 90, gracias a éxitos como “No quiero verte”, “Gira que gira”, “Maldita timidez” y “A mil por hora”, desapareciendo de la vida pública repentinamente a inicios de los 2000.
La joven de Tijuana se inició en el medio musical a los 14 años y tuvo mucho éxito en Latinoamérica, pero su silencio artístico fue uno de los más comentados entrados ya en el nuevo siglo.
Se decía que Lynda había roto relaciones con su sello discográfico y con Televisa, que utilizó su tema “A mil por hora” en una versión de “Quinceañera” titulada “Primer Amor: A mil por hora” (2000). Entre los rumores también se señalaba que la cantante había querido cambiar de estilo musical, que tenía problemas con el alcohol y las drogas, y que incluso había fallecido de causas no conocidas.
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Sin embargo, hace algunas semanas, Lynda reapareció en México para interpretar varios de sus éxitos en “90s pop tour”, gira que reúne a varias bandas y solistas que tuvieron éxito en los 90, como OV7, Fey, The Sacados, Calo, MDO, entre otros.
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Lynda, quien reside en Islandia con su pequeño hijo, ya tiene 36 años y dejó atrás su recordada cabellera larga y lacia, y ahora luce con el pelo corto y anteojos.
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Con su regreso a los escenarios, Lynda abrió una cuenta en Facebook e Instagram donde agradeció a su público que la esperó 16 años desde la última vez que pisó un escenario.
“16 años que no nos vemos y tantas cosas por contar, por ahora digamos que vengo de muy lejos y de otra parte de sus vidas para abrazarlos. Ha sido un largo viaje que aún no termina, pero en esta pausa, nada me hará más feliz que encontrarnos con el mismo amor y la esperanza que solíamos tenernos”, señaló.
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La cantante mexicana ha aprovechado este espacio en Internet incluso para hablar de los problemas personales contra los que luchó: la bulimia y la depresión. En un post de Facebook, Lynda hace referencia a la repentina muerte del dj sueco Avicii.
“Es tan difícil saber qué es lo que atravesaba el corazón de este bellísimo y talentoso ser humano en esos últimos días, pero cuando vi una fotografía donde sonreía abiertamente junto a un fan poco antes de su partida, no pude evitar el nudo en la garganta. Y es que alguna vez, yo también estuve ahí, fingiendo que todo estaba bien, mientras me asomaba hacia el abismo, buscando una salida a esas noches en que la ansiedad me robaba el aire y la esperanza”, indicó Thomas. “Hoy puedo decir que estoy en un mejor lugar y mi viaje ha encontrado rumbo, sin embargo, hay quien necesita en esta noche, un abrazo o una palabra”, continuó.
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No se sabe si Lynda prepara nuevo material discográfico para los próximos meses, pero según sus redes sociales sigue involucrada en su activismo contra el maltrato animal en Greenpeace, practica yoga, y está muy conectada con su propia espiritualidad.
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