“La Mecánica Popular es una banda para una escena imaginaria”, cuenta Efraín Rozas, etnomusicólogo y líder de una extraña conjunción de músicos experimentales que tocan salsa. “Las máquinas se ponen a bailar música africana”. Sin embargo, Rozas no se considera un DJ. “Todo es tocado en vivo con sintetizadores y percusiones. Texturas electrónicas con sabor de percusión afrolatina y salsa dura”, relata. “Nuestro proyecto tiene mucha improvisación. Mis composiciones son estructuras que dejan abierta la puerta a la psicodelia y a versiones extendidas de los temas”.
¿Cómo nace La Mecánica Popular?LMP nace en Nueva York. Gané una beca para hacer un doctorado en música allí, y la propuesta fue la materialización de algunos proyectos que venía haciendo en el Perú, que incluían la salsa. En la Gran Manzana decidí juntar gente para hacer realidad la idea. Un día en el West Village me encontré con Xuxi Lazzaro –productor de Juan Luis Guerra–, quien luego produciría nuestro disco; él se dio cuenta de que conmigo llevaba tres discos: uno de Miles Davis, otro de John Cage y el último de Tito Puente. Le interesó la combinación y al final terminó trabajando en el proyecto. Nacimos como una búsqueda por unir todos esos mundos en una sola cosa. Siempre digo que LMP es como una caravana, un tren y, digamos, que yo soy el chofer, y se van sumando o sacando vagones, y se va recogiendo gente de todo el mundo. Por la banda han pasado miembros de como diez países.
Es sintomático que su carrera musical la realicen en Nueva York, escenario que vio nacer a grandes nombres de la salsa mundial.Definitivamente. Lo más bonito de NY es la variedad cultural. Cualquier cosa puede pasar allí. Allí nació el sonido de la salsa dura Fania Records. Y allí también nace la escuela de vanguardia de Nueva York con gente como John Cage o David Tudor y su electrónica experimental. Entonces, de alguna manera es hacer un nudo simbólico entre esos mundos, un amuleto de diferentes piezas. Y ha sido increíble porque, pese al poco tiempo de la banda, Fania Records nos invitó a la celebración de su aniversario 50 en un concierto gratuito en el Central Park con miles de personas. Éramos la banda más joven y de sonido “diferente”. Usualmente, la vieja escuela es un poco reticente a la tecnología, pero nosotros la usamos respetando sobre todo el ritmo. No perdemos esa potencia de la clave, de la polirritmia de la percusión, que también son tecnologías milenarias para mover el cuerpo y llevarte a estados psicológicos elevados. Son tecnologías que vienen de religiones muy antiguas del oeste de África.
Compartieron estudio con Louis Bauzo, de la Fania.Bauzo ha tocado con todo el mundo: Celia Cruz, Tito Puente, Héctor Lavoe. Cuando llegué a Nueva York, empecé a buscar a estos monstruos, quería estudiar con ellos. Y me dijeron “ve con Louis Bauzo”. Él ha formado a varias generaciones de percusionistas. Empecé a estudiar timbales con él; en el proceso le propuse participar en el disco. Aceptó a pesar de ser un tipo bastante duro.
¿Qué se viene?Emocionados de visitar por primera vez el Perú, anunciamos nuevo single con el sello Names You Can Trust de Brooklyn.
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