Nick Cave ha parido un álbum perturbador. Un disco que recorre la sangre, escarapela la piel y no puede dejar a uno indiferente. Es una voz que corta el aire cual hoja de afeitar. Es un álbum sobre el dolor de un padre por la pérdida de un hijo. “Skeleton Tree” (“Árbol de esqueletos”) apareció en setiembre, 14 meses después de la muerte de Arthur Cave, su hijo de 15 años que cayó de un acantilado en Brighton, Inglaterra, en julio del 2015. El fallecimiento de Arthur ocurrió mientras Cave grababa ”Skeleton Tree“, disco que había empezado a trabajar desde el 2014, inmediatamente después del elogiado ”Push the Sky Away“ (2013). La tragedia afectó la elaboración del álbum, que finalmente se completó en el primer trimestre de este año con nuevos temas elaborados durante el proceso de duelo del cantante y compositor. El resultado son ocho intensas canciones que, a lo largo de casi 40 minutos, constituyen una poderosa reflexión sobre el significado de la pérdida de un ser amado en un mundo como el que vivimos, donde uno tiene (casi) todo al alcance de la mano. Es el choque –y el vacío– entre lo espiritual y lo material.
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El álbum, en formato de disco compacto y vinilo, arranca con el tema “Jesus Alone”, una composición poética de más de seis minutos en la que la pausada y sepulcral voz de Cave nos arrastra a través del acompañamiento de instrumentos de cuerdas y piano a una suerte de viaje ritual en el que exorciza sus espíritus antes de continuar con la sombría “I Need You”, en la que expresa su estado de depresión. En “Distant Sky” irrumpe una voz femenina para acompañarlo en una especie de susurrante canto de cuna que luego da paso a “Skeleton Tree”, el tema que da título al álbum y que evoca una ternura inconmensurable de la mano de un piano. La apocalíptica “Anthrocene” está marcada por una punzante letanía: “All the things we love, we love, we lose” (“todas las cosas que amamos, que amamos, las perdemos”). Y en “Girl in Amber” aborda directamente el tema de la muerte por primera vez en el álbum, con el acompañamiento vocal del cantante Tom Waits.
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La carátula con fondo negro y letras verdes refuerza la carga religiosa de la placa, entre el dolor y la esperanza que nos revelan la fragilidad y la levedad del ser. Cave ha añadido imágenes a su música, por si fuera redundante, para lo cual le pidió al cineasta Andrew Dominik grabar un documental en blanco y negro y en 3D sobre el tramo final de la producción del álbum. La exhibición de la cinta “One More Time With Feeling” (“Una vez más con sentimiento”) coincidió con la publicación de “Skeleton Tree”, un disco en el que no menciona en ningún momento por su nombre a su desaparecido hijo Arthur. Este es, a sus 59 años, el álbum número 16 en la dilatada carrera del australiano Nicholas Cave y su banda The Bad Seeds, un músico también conocido como el príncipe de las tinieblas.