La avenida Reforma emite un sonido distinto. En la esquina con Burdeos, al pie del hotel Four Seasons, los gritos de cientos de adolescentes –y otras que hace tiempo dejaron de serlo– retumban en paredes y vitrinas como olas que rompen sobre piedras, sin ritmo definido. El estruendo viene y se va.
Al pie del teatro Juan Moisés Callejas las niñas se convierten en protagonistas. Algunas han estado allí por horas, esperando a sus ídolos Niall, Liam, Harry y Louis, los chicos de One Direction, a quienes esperan mostrando carteles con frases como “I should be in the school”.
“Creo que el volumen de los gritos es la diferencia”, nos dice Liam Payne. Mirada reflexiva –de lejos es el más serio de la banda–, responde así cuando le preguntamos qué diferencia encuentra entre sus fans mexicanas y las del resto del mundo. “Son muy fanáticas, muy fanáticas”, acota Louis Tomlinson, recordando el primer concierto que dieron el 2003 en el Foro Sol. Allí regresaron esta vez para presentar ante 50 mil almas su disco “Made in The A.M.”, además de recibir tres estatuillas en los Premios Telehit. NO HAY QUINTO MALO“Made in The A.M.” es el quinto disco de One Direction y el primero que lanzan tras el alejamiento de Zayn Malik. En entrevista con El Comercio, Liam y Louis cuentan que es su disco más romántico. “Tiene más baladas y un significado individual para cada miembro”, dice Liam y casi evade la mirada al preguntar qué es romántico para él. “Aún intento descubrir eso. Sigo buscando el amor”. Afuera del Four Seasons, la fanaticada sigue rugiendo.
“Creo que el álbum en sí es honesto –comenta Louis–. Yo pongo mucha más atención a la lírica”. El sello que Liam imprime es otro: “Probablemente cualquier melodía que te suene a rhythm and blues será mía”.Pero un detalle más diferencia a “Made in The A.M.”. “Nosotros siempre escribimos juntos, pero esta es la primera vez que cada uno lo hace solo. Yo escribí ‘Wolves’ y ‘Love You Goodbye’. Son canciones totalmente diferentes”, explica Liam con la mirada a un lado.
¿Cómo manejan el nerviosismo los 1D ante preguntas incómodas (se nos advirtió: nada de temas personales, mucho menos sobre el futuro hijo de Louis), con las fans y en escena? “Nos ponemos más nerviosos cuando recibimos un premio que en un concierto. Hablar en público es difícil, especialmente cuando debes agradecer a muchas personas”, dice Liam, quien curiosamente sí se enfrenta a las masas en redes sociales.
Esa es, precisamente, una autocrítica que se hace al cabo de 5 años de música y ad portas de su anunciado descanso. “No volvería a reaccionar de manera tan fuerte a cosas que algunas personas dicen por Twitter, al final nada bueno sale”, reflexiona, y Louis remarca: “A veces pienso que debí haberme mordido la lengua aunque al final aprendí, no me arrepiento de nada. Solo tienes que ser tú mismo”.