Decides tomar un taxi de regreso a casa luego de un día cargado en la oficina. Apenas miras al conductor. Pactas el precio de la carrera, te sientas y te olvidas. En la pequeña pantalla de tu celular, revisas los últimos mensajes de tu jefe, de tu ex pareja, de una tía que vive en Miami. Afuera, en el cruce de Benavides con República de Panamá, el concierto de cláxones no cesa. “En fin”, te dices. “La miseria cotidiana”.
Y, entonces, te sorprendes reconociendo una vieja melodía. Estás tan ensimismado que no entiendes bien de dónde viene, pero algo en esa música te lleva hacia un lugar mejor. “Es una sinfonía de Mozart”, te dice el taxista. No tenías pensado hablar con él: su nombre es Carlos y Mozart es su compositor preferido.
La razón principal por la que esta escena no es del todo inverosímil en una ciudad como Lima es porque existe radio Filarmonía. Fundada hace más de treinta años, esta emisora cultural ha logrado transformarse en un oasis de calma y contemplación para sus oyentes. “Para mí, que combino siempre mis actividades profesionales con la vida musical, Filarmonía ha sido como una luz en el desierto”, nos dice el destacado abogado Enrique Bernales, ex miembro de la Comisión de la Verdad y Reconciliación y promotor de la Asociación Cultural Romanza. “Es la única emisora que ha trabajado intensamente en promover la actividad cultural y no solo en el campo musical, sino también en la literatura y el arte nacional”.
En efecto, además de difundir música clásica, esta emisora brinda un amplio espectro de contenidos culturales. Carlos Fernández, uno de los más emblemáticos locutores de la radio, lo explica así: “Filarmonía no es una radio comercial. Es importante saber que la gente te escucha y hacer una programación entretenida, pero, lamentablemente, vemos a diario que la búsqueda del ráting a menudo genera distorsiones. Como no tenemos esa preocupación, tenemos mucha más libertad para hacer lo que nos gusta y lo que creemos que está bien”.
Esa libertad, sin embargo, se ve amenazada. Debido a presiones económicas, Filarmonía podría cerrar, lo cual significaría no solo el término de una institución con décadas de trayectoria, sino también el fin de una era en que la radio local podía preciarse de cobijar, en una pequeña esquina del dial, una programación de extraordinaria diversidad.
LA APUESTA POR LA DIFERENCIA“Meridiano”, el programa de entrevistas que dirige Fernández, se caracteriza precisamente por celebrar esta diversidad. “Para mí, la cultura no es solamente lo que se suscribe a las bellas artes, que es como generalmente los medios la conciben –nos dice Fernández–, en realidad, cultura es todo lo que hace el ser humano. Y esta concepción amplia es la que nos permite ser un medio de difusión de temas que no tienen cabida en otras emisoras. En ningún otro medio, vas a encontrar a alguien hablando de historia, de filosofía, de psicoanálisis o de yoga. La idea es esa: abrir el abanico y mostrar que la cultura no es solamente el gusto exquisito de determinados artistas, sino también el quehacer cotidiano, la cocina, en fin, el modo de vida de las personas”.
Lo cierto es que a pesar de su compromiso original con la música clásica, Filarmonía ha sabido evolucionar para incorporar, a una velocidad cada vez mayor, muchas otras apuestas. Algunas de ellas bastante audaces, dicho sea de paso.
“Desde que abrieron un espacio para otros programas como el mío –nos dice Mabela Martínez, la conductora de “Sonidos del mundo”, un espacio dedicado a la world music –, me sentí muy cómoda de estar en una radio que ofrece tanta libertad. La única consigna es tener un programa de calidad, con una conducción de calidad y con música que no se escucha en otras radios”.
Luis Alvarado, el conductor de “Cazar truenos”, coincide: “Radio Filarmonía es la única señal en la FM donde es posible proponer cosas diferentes”. El espacio que dirige Alvarado se centra en la difusión de música experimental, ya sea que provenga de la tradición clásica o de la popular. En otras palabras, ningún otro programa podría estar más alejado de los sonidos que pululan en la radio comercial. “Con ‘Cazar truenos’, he podido descubrir y sistematizar una información valiosa sobre lo que ocurre en nuestra música de vanguardia y creo que esa libertad debe poder preservarse –sostiene Alvarado–. Cuando todo está determinado por el mercado, privamos a la gente de otro tipo de experiencias que pueden ser reveladoras”.
Esta apertura a la diversidad cultural expresa también la forma del trabajo que efectúa la emisora en coordinación con diversas embajadas y otros organismos extranjeros que promueven las industrias culturales de sus respectivos países. “Un ejemplo de esto es el programa ‘Tangos inolvidables’, que mantiene la cultura tanguera en todos los sectores sociales limeños”, nos dice Ariel Campero, el secretario de asuntos culturales y turismo de la Embajada de Argentina en el Perú. “Filarmonía es un aliado excelente: nos permite dar a conocer desde la música de compositores argentinos hasta las últimas novedades cinematográficas; desde nuestros solistas de música clásica más renombrados hasta las novedades literarias más reconocidas”.
PRESERVAR LO NUESTROPara Fernando Valcárcel, el director titular de la Orquesta Sinfónica Nacional, uno de los principales aportes de Filarmonía ha sido la difusión de la producción de los compositores peruanos. “Siendo yo mismo compositor, valoro especialmente esos gestos porque no son comunes. No existe en otros medios nacionales ese sentido de compromiso con la difusión de los aportes creativos de nuestros jóvenes compositores”.
Uno de estos músicos es Juan Arroyo. El laureado compositor peruano vive actualmente en París, donde sus obras vanguardistas son interpretadas regularmente por prestigiosos ensambles. “La primera vez que escuché esta radio fue por una verdadera casualidad de la vida. Mi interés por la música electrónica comenzaba a nacer, y de manera imprevista me topé con una emisión que difundía este tipo de música. Desde ese momento, la pluralidad estética de Filarmonía me llevó no solo a afirmar mi interés por la música contemporánea, sino también logró despertar mi gusto por las grandes obras del pasado”. De más está decir que es gracias a Filarmonía que muchas de las obras de este creador se dieron a conocer en el Perú. No es el único artista en esta posición, pero si la radio desaparece, será uno de los últimos.
¿CÓMO APOYAR A RADIO FILARMONÍA?Radio Filarmonía necesita hoy más que nunca del apoyo de los amantes de la buena música para seguir transmitiendo. Es por eso que El Comercio y la radio se unen. Tú también puedes sumarte a su círculo de amigos llamando al 512-6174, escribiendo a: amigosdelaradio@filarmonia.org, aportando a través de la cuenta ahorros soles del BCP: 193-11553108-0-0 o visitando la web: www.filarmonia.org.
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