Chicago. El público abarrota el teatro Lyric. La ciudad entera se ha dado cita para el primer estreno de una ópera en más de diez años. Se trata de “Bel Canto”, del peruano Jimmy López. Un acontecimiento artístico que fue impulsado desde el primer momento por la soprano estadounidense Renée Fleming, quien es consultora artística de esta compañía.
Es ella la celebridad de la noche y el público espera su llegada. Pero a diferencia de otras personalidades, Fleming ingresa sin aspavientos y con una discreción que no le impide saludar a sus conocidos. Entonces la gente va notando su presencia y la miran con admiración y curiosidad. “Mira, Renée”, le dice una señora a otra, y la frase se repite hasta el infinito. Sí, es Renée Fleming, probablemente la soprano más importante de la ópera de hoy.
UNA HISTORIA AMERICANAHija de profesores de música, Renée supo siempre que quería dedicarse al canto. Y en su juventud, durante su intensa preparación, estuvo dedicada al jazz. Tanto que estuvo a punto de entregarse por completo a ese género cuando recibió la invitación del saxofonista Illinois Jacquet para unirse a su banda. Pero decidió seguir estudiando y encaminarse a la ópera.
Nadie entonces presagiaba el futuro de una voz que, a diferencia de otras, habría de especializarse en Mozart y Strauss, y en heroínas menos conocidas que Carmen o Tosca. Lo suyo habría de ser Rodelinda, Armida, Thais y otras creaciones de los grandes maestros del pasado.
“Tuve que buscar los papeles adecuados para mi voz”, me dice directamente. “No era la soprano adecuada para Butterfly o Mimi, y busqué los papeles a través de los que pudiera expresarme. He cantado mucho Mozart y Strauss, y también comencé a interpretar heroínas de bel canto en una época en la que no era muy habitual”. Y así ha sido. Renée ha revitalizado títulos que parecían olvidados como “Rosmonda d’Inghilterra”, de Donizetti, o “Il Pirata”, de Bellini.
EN AUDIO: Renée Fleming cantando un aria de “Rosmonda d’Inghilterra”, de Donizetti. (Fuente: YouTube)
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En el 2007 pudimos acompañarla en una de sus decisiones más audaces. Interpretar a Tatiana, la frágil protagonista de “Eugene Onegin”, de Tchaikovsky, en el Met. Un personaje complejo, cantado en ruso, y que Anthony Tommasini aplaudió en su crítica para “The New York Times”, confesando incluso sus primeros temores. El triunfo fue inmediato. Fleming no daba pasos en falso, o al menos eso parecía. Sin embargo, el anuncio de que interpretaría “Norma”, de Bellini, en la siguiente temporada del Met, parecía un riesgo muy audaz incluso para una voz como la suya. Y en un acto de valentía, la propia Fleming decidió no seguir adelante con esa idea pese a los anuncios.
MUJER DE NOVELAEn el 2001, una novela de Ann Patchett se convirtió de la noche a la mañana en uno de los ‘best sellers’ del año. Se trataba de “Bel Canto”, la historia de una soprano de fama mundial que es tomada como rehén junto con unas setenta personas por un grupo de terroristas en una residencia en un país latinoamericano. La historia se basaba, sin duda, en uno de los mayores atentados del MRTA en Lima. Y se decía que la soprano era un vivo retrato de Renée Fleming.
La cantante leyó la novela y contactó de inmediato a la escritora. En poco tiempo, Fleming era propietaria de los derechos de autor, y no solo eso, se hizo muy amiga de Patchett. “Mucha gente pensaba que Ann se había basado en mí para crear el personaje de Roxane”, me cuenta la cantante. “Pero no fue así. No me conocía cuando escribió la novela, y tomó ideas de una y otra persona para hacer real el personaje. Pero no soy yo. Sin embargo, eso me animó a interesarme por la novela y convertirla en una ópera”.
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Muchos conocen a Renée Fleming como cantante y personalidad mediática. Pero su papel como consultora artística o curadora es menos visible. “Como curadora de ‘Bel Canto’ mi trabajo consistió en proponerlo como proyecto a The Lyric y luego en buscar el talento para poder desarrollarlo”, me explica. “Y una vez que ensamblamos los talentos, participé en el proceso creativo. No se trataba de controlarlo, sino de ser parte de ello”.
Cuando la cantante conoció a Jimmy López y se interesó en su música, no sabía que era peruano. “Jimmy es fantástico”, dice Renée. “Le dio una dimensión única a nuestro proyecto. Además es una persona ideal para trabajar. Siempre tiene ideas nuevas y está abierto a las sugerencias. Yo sabía muy poco de lo que realmente había sucedido en el Perú y Jimmy nos explicó muchas cosas sobre su país. Decidimos incorporar elementos peruanos a ‘Bel Canto’, incluyendo unos instrumentos musicales andinos en alguna sección de la ópera”.
En la noche del estreno, “Bel Canto” tuvo una gran acogida por parte del público. Dos días después las críticas respaldaron ese entusiasmo, incluyendo la del temido Tommasini de “The New York Times”. “Estoy segura que ‘Bel Canto’ tendrá una larga vida”, afirma.
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Pero la carrera de la cantante no se detiene. En Chicago también ha interpretado “La viuda alegre”, de Lehar. Y luego sigue con una serie de conciertos en los que cantará su repertorio operístico y también jazz. El itinerario incluye al Perú. “Así es”, me dice sin ocultar su entusiasmo. “Cantaré en Lima. Será el próximo verano [el invierno peruano] y estoy muy contenta de poder conocer finalmente el Perú”.