(Londres, EFE)
The Stranglers, la banda británica pionera del punk, celebra su 40 aniversario con la gira europea “Ruby” a sus espaldas y sin dejar nunca de “hacer ruido”.
Llamados inicialmente The Guilford Stranglers, el grupo surgió a finales de la escena del glam-rock de los 70 e inicios del punk con su primer concierto el 11 de septiembre de 1974 en el pub “Star” de Guildford (sur de Inglaterra).
Este año ha marcado un nuevo capítulo para esta “inconformista” banda, con raíces en el blues, jazz e incluso música clásica, que redibujó los géneros musicales y se convirtió en icono del punk y del rock durante las últimas cuatro décadas.
Su gira europea “Ruby” entre febrero y abril por Reino Unido, España y Francia, entre otros países, celebró a una banda que a lo largo de su trayectoria ha conseguido que 17 de sus álbumes y 23 de sus sencillos hayan entrado en las listas del Top 40 del Reino Unido.
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Con un sonido que mezcla sintetizadores de la New Wave y ruidos “sucios” del punk, inspirados en bandas como The Doors o The Kinks, sus cuatro integrantes se consolidaron como una cuadrilla de marginados dentro de la cultura alternativa y marginada del punk.
The Stranglers (los estranguladores) está formada por el cantante y guitarrista Hugh Cornwall, el batería Jet Black, el bajista y también cantante Jean Jacques Burnel y el teclista Dave Greenfield, que ya han superado la barrera de los 60.
Escándalos, strippers, drogas, disturbios y cárcel han acompañado a una banda considerada como una de las más salvajes de la escena musical.
Con la furgoneta para vender helados del negocio de Black, The Stranglers recorrieron Inglaterra durante sus tres primeros años hasta que accedieron a la escena musical de los pubs londinenses a través de un acuerdo con la empresa Albion en 1975.
A partir de entonces, la banda de actitud rebelde y descarada firmó éxitos como “No More Heroes”, “Peaches”, “Skin Deep” o “Always the Sun”, acogidos con gran entusiasmo en las escenas musicales alternativas emergentes.
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En el año 1976, la banda se adentró en el movimiento punk como teloneros de The Ramones o de Patti Smith, y compartieron escenario y algunas peleas con otros famosos punks británicos como The Sex Pistols o The Clash.
Con su álbum debut “Rattus Norvegicus” de 1977, The Stranglers consiguió alcanzar el podio de los álbumes más vendidos del punk británico así como el disco de platino.
Su actitud calificada de indomable y polémica por los medios acompañó también los siguientes álbumes, “No More Heroes” (1977) y “Black And White” (1978), que les catapultó al pedestal de los clásicos del punk.
Durante los años 1978-79 subieron a la cúspide de su éxito comercial con la publicación de los álbumes experimentales “Black and White” (1978) y “The Raven”(1979).
La exploración de nuevos terrenos musicales continuó con su álbum conceptual “The Gospel According to Meninblack” (1981) sobre conspiraciones y ovnis, o con “Folie” (1981), en torno al amor y la música new wave.
Con “Feline” (1983) introdujeron por primera vez ritmos electrónicos y guitarras acústicas, influenciados por las olas musicales de la Europa continental, como su aclamado sencillo “European Female”.
Pasando por el post punk, el pop y la new wave, en los 90 sufrieron la marcha del vocalista Hugh Cornwell, pero con el nuevo siglo renacieron a partir del álbum “Norfolk Coast” (2004), cuya canción “Big Thing Coming” les supuso su primer Top 40 en catorce años.
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Con ese disco y los dos siguientes, “Suite XVI” (2006) y “Giants” (2012), la veterana banda demostró que no se guía por la nostalgia y que su música no para de evolucionar.
Jet Black, el fundador de The Stranglers, ahora de 76 años, era un empresario que decidió vender su negocio de furgonetas de helados y su tienda local para dedicarse a “la mejor banda del mundo”, que continuará “hasta que no puedan más”.
Como declaró el bajista Burnel con motivo de la gira de celebración por el 40 aniversario, “el que ríe último, ríe más y mejor. Haremos -advirtió- mucho ruido con nuestros amigos”.