Para algunos es ofensivo y para otros es necesario. El debate se abrió como un gran plano general desde Venecia. Allí, donde solo dos mujeres de veintiún cineastas compiten por el León de Oro, ha surgido nuevamente la pregunta: ¿Debe haber una cuota de género en los festivales de cine para promover la inclusión de las mujeres en estas competencias?►“Spider-Man 3” con Tom Holland: fecha de estreno, tráiler, sinopsis y qué pasará, actores, personajes y polémica►“Joker”: Joaquin Phoenix y su dramática transformación... ¡perdió más de 20 kilos
La polémica aumentó cuando la presidenta del jurado del Festival de Venecia Lucrecia Martel dijo que no le gustaba la idea de aplicar una cuota, pero que no encontraba otra solución para “comenzar a forzar a esta industria a pensar de forma diferente y considerar las películas dirigidas por mujeres de otra manera”.
Por su parte, el director del festival Alberto Barbero, rechazó la idea de cuotas y dijo que una medida de ese tipo sería ofensiva. “Eso significaría que el único criterio que debe aplicarse en el proceso de selección, que es la calidad de cada película, tendría menos importancia”, aseguró antes de agregar que de los 1.850 largometrajes presentados para su selección, solo el 23 por ciento fueron dirigidos por mujeres. “Si hubiera encontrado un 50 por ciento de filmes dirigidos por mujeres para incluir en la competencia, lo hubiera hecho, sin necesidad de introducir cuotas”, señaló Barbero.
En el Perú, Joanna Lombardi, directora de las películas “Solos” y “Soltera Codiciada” y “Casadentro” desestima el pedido de cuotas. “El cine es un espacio muy especial y no tiene nada que ver con otros espacios en donde sí estoy 100% de acuerdo con las cuotas de género. En el cine, al menos en mi experiencia, siento que se tiene muy presente el hecho de convocar a mujeres no solo en festivales, si no como directoras o en equipos técnicos. Sí he sentido un cambio con el tiempo y ahora siento que siempre es un tema que se tiene presente”, manifiesta la ganadora del Premio de la Crítica Internacional en el Festival de Cines del Mundo de Montreal.
Por su parte, la reciente ganadora del Festival de Cine de Lima, Melina León, asegura que no es que se quiera entrar por la fuerza por el simple hecho de cumplir una cuota, pero le parece que no hay la suficiente voluntad para cambiar las cosas. “Hay una tranquilidad con el status quo, no se siente que haya una real intención de cambiar la situación sobre por qué las mujeres estamos quedándonos a atrás”, indica la directora de “Canción sin nombre”.
León también resta valor a la justificación del director del festival de Venecia al decir que hay pocas directoras mujeres. “Es que siempre van a haber pocas directoras si los programadores nos dejan afuera. Va a seguir repitiéndose, porque el festival abre puertas. Si la película que hice no se pudo ver, entonces nadie la conocerá, entonces quién va invertir en mí, ¿cómo voy a financiar la que sigue?, creo que están esperando un milagro y nosotras no necesitamos milagros, necesitamos cambios”, exige.
—Más visibilización—Joanna Lombardi recuerda que jamás ha tenido problemas por ser mujer y hacer cine. “Nunca he sentido discriminación , pero sí siento que hay menos mujeres. Lo bueno es que también creo que el tema está en debate y eso es bueno. Antes no hubiera sido parte de la conversacion el hecho de que hayan menos mujeres cineatas concursando en festivales. También considero que el foco tal vez no debe ir por el lado de la cuota de género, sino elegir mejor a los programadores de los festivales, quienes son las personas que seleccionan las películas que concursarán”, apunta.
Por su parte, Melina León sí reconoce haber sentido discriminación por ser mujer cineasta al momento de concursar por algún premio o estímulo de producción. “Me he enfrentado a jurados conformados solo por hombres y es evidente que tenían una sola manera de ver las cosas, se identificaban más con los personajes masculinos y eso ponía en ventaja a mis compañeros directores”, recuerda. Asimismo, la directora recuerda que experimentó muy de cerca la invisibilización de la mujer cuando su escritor Micheal J. White comenzaba todas las escenas de su película siempre por el personaje masculino. “Él sabía que la protagonista de mi película era mujer. Pero siempre sus oraciones empezaban con “Leo hace...” y se lo hice ver y entendió. Para mí fue la evidencia de que, sin tener ningún plan macabro, los hombres están muy acostumbrados a dominar el mundo sin ninguna mala intención”, señala.