“Yo escribo porque me gusta mentir y he mentido desde que tengo uso de memoria”, nos dice Daniel Amaru Silva, el ganador de la primera edición del Premio Nacional de Dramaturgia. Esta importante distinción, otorgada por el Ministerio de Cultura gracias a una iniciativa del ex ministro Luis Peirano y al trabajo de la actual ministra Diana Álvarez-Calderón, no es el primer reconocimiento que recibe la obra del joven dramaturgo. Ya en el 2012 había ganado el concurso Ponemos tu Obra en Escena con “¿Eres tú, pequeño?”. Al año siguiente fue distinguido en el concurso Sala de Parto con “Salir”.
“En la universidad descubrí que el único espacio en que la mentira es ética es la ficción –continúa el autor–, y resultó que la ficción que más me interesaba era el teatro porque me fascinan los diálogos, el trabajo con actores en vivo y porque cada función puede ser distinta. Es como un concierto: te la tienes que jugar”.
LA OBRA GANADORA“Cruzar la calle”, la obra ganadora del certamen, acaba de ser estrenada en el teatro Mario Vargas Llosa de la Biblioteca Nacional. El montaje es dirigido por Carlos Tolentino y cuenta con las actuaciones de Julián Legaspi, Elsa Olivero, Alain Salinas, Rolando Reaño y Stephanie Enríquez.
“La obra nace de una experiencia propia”, revela el autor. “Un par de semanas antes de que empezara a escribirla fui literalmente testigo de la escena con la que todo empieza: cómo una motocicleta de delivery atropellaba a un perro en una esquina y el animal escapaba desvaneciéndose en el horizonte”. Esa imagen se quedó grabada en la mente del dramaturgo. “Empecé a darle vueltas y se me ocurrió que sería interesante que esa experiencia, que tanto me había perturbado, le sucediera a alguien con una vida mucho más problemática que la mía”.
El resultado es una obra coral en la que el accidente se vuelve el medio para hilvanar las historias de cinco personajes. La trama se centra en un joven que es testigo del accidente y que decide buscar al culpable. El protagonista es hijo de un panadero, un chico que ha aprendido a sobrellevar la vida sin quejarse, hasta que la muerte del animal lo cambia todo. El culpable es un repartidor de pollos a la brasa, un cachuelero que sobrevive con lo que encuentra y que atropella al perro en su desesperada lucha contra el tiempo. Él está casado con una mujer que se dedica a mantener a su familia, y ambos tienen una hija un poco atípica, una chica asocial que, por azar, conoce al protagonista y entre ambos surge una relación. El quinto personaje es el dueño del perro que, desde que su mascota ha muerto, vive encerrado en su casa. Un día recibe la visita cordial de la esposa de quien ha matado a su mascota, y ella empieza a trabajar para él como empleada. De esta forma, todas las historias se cruzan para desembocar no en una comedia, sino en “un drama de enredos por un perro atropellado”, tal como lo define Amaru Silva.
EL PERÚ DESDE EL TEATROMotivado por un concurso que ha sido impulsado por el Estado, esta es la primera obra de Amaru Silva que está explícitamente situada en el Perú. Expresa preocupaciones que, para el autor, atraviesan todo el campo de la dramaturgia peruana actual. “Mi generación aún está tratando de entender cómo se engrana este nuevo mundo globalizado y neoliberal, donde los procesos duran segundos, con ese otro mundo real donde a veces no hay un doctor a kilómetros alrededor, donde no hay luz ni agua potable en todas partes. Pensamos mucho en las brechas, en el hecho de que puedes ver a gente tan distinta a una cuadra de distancia. Y esa es también una de las razones por las que la obra se llama ‘Cruzar la calle’: porque esta es una ciudad en la que cruzas la calle y a veces estás en otro país”.
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Lugar: Biblioteca Nacional. Av. De la Poesía 160, San Borja. Día y hora: Hasta el 24 de agosto, a las 7:30 p.m. Ingreso: libre.