“El movimiento permite representar las tensiones que no siempre son verbalizadas”, dice Cristina Velarde. Por cinco meses, la coreógrafa se dedicó a explorar las relaciones humanas, específicamente las familiares. Ella no quería aproximarse al tema de forma tradicional, así que se valió de sus conocimientos de danza para obtener nuevas perspectivas.
Velarde señala: “La indagación fue por dos lugares. Lo primero fue revisar los roles que hay en las familias, pero luego también consistió en prestar atención a las expectativas, a lo que uno espera que los roles cumplan. Ambas formas de abordar el tema crean un conflicto que solo se puede ver a través del movimiento y las atmósferas que son generadas por la interacción de los cuerpos”.
Así fue como “La superficie”, obra que Velarde dirige, tomó forma. Al tratarse de danza contemporánea, por supuesto, no tiene una línea narrativa evidente. “Más que representar a una familia en su vida cotidiana, aquí le prestamos atención a ese intervalo, esos momentos en los que se puede ver lo que cada miembro carga, pero jamás se atreverá a decir”, anota Velarde.
Para lograr su cometido, la directora propone que los bailarines no interpreten a un personaje, sino que asuman diversos roles. De esa manera, dependiendo del momento, ellos pueden dar vida a una madre o un padre, y luego, dejar de serlo.
Esto no hace que “La superficie” sea una obra difícil de entender: los roles interpretados son fácilmente reconocibles gracias a los cambios que hay en la interacción de los danzantes. Según ella, dependiendo de cómo uno se acerca al otro, si es precavido o no, por ejemplo, se da a entender que es una relación de poder y que quizás se trate de su padre o su madre.
EXPERIENCIA Y VISIÓN“Si bien sugiero las situaciones y propongo cómo es que yo las traduciría en movimientos, cada uno de los bailarines pone de su propia experiencia. Creo que el diálogo entre mi visión y lo que ellos traen es muy productivo”, señala Velarde.
“La superficie” se estrenó por primera vez en junio de este año en el marco del Festival Danza Nueva, y ahora regresa a escena por dos únicas funciones (martes 11 y miércoles 12 de diciembre) en el Cine Olaya. “Por temas del espacio y la distribución del público, el espectáculo ha cambiado un poco, pero la construcción de los cuadros es la misma. Creo, eso sí, que el ritmo ha variado. A diferencia del estreno, en el que la adrenalina nos hizo sacar todo, ahora el ritmo se ha asentado, lo que será más agradable para el público”, concluye Velarde.
MÁS INFORMACIÓNLugar: Centro Cultural Cine Olaya. Dirección: Av. José Olaya 629, Chorrillos. Funciones: martes 11 y miércoles 12, 8 p.m. Entradas: Joinnus.com.