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La santurrona y el donjuán criollo fueron algunos de los personajes limeños retratados, con detalle, por Manuel Ascencio Segura en una obra, como “Las tres viudas”. Por cierto, ellos bien podrían trasladarse a la Lima de hoy sin desentonar. En efecto, a pesar de haber transcurrido cerca de dos siglos, el director Carlos Galiano encuentra más de un parecido entre los habitantes de la capital de ambas épocas, con defectos de los que somos incapaces de desprendernos porque ya forman parte de nuestro ADN.
“Me llamó la atención el ingenio y lucidez con que Segura retrató a estos personajes. Ellos desarrollan una conducta que, a mis ojos, es absolutamente identificable en nuestros tiempos: el chismorreo, la envidia y la criollada. Todas esas características forman un conjunto de hábitos que están profundamente enraizados en los limeños”, sostiene el responsable del montaje que se estrena este jueves en el teatro La Plaza.
La comedia, escrita en verso y que se intercala con valses criollos, nos presenta los enredos amorosos de las tres viudas del título: doña Martina, su hija Miquita y Clara, una amiga de ambas (interpretadas por Sofía Rocha, Gisela Ponce de León y Jimena Lindo). El espectáculo lleva la obra a un tiempo distinto: la celebración del centenario de nuestra independencia, en 1921. Así, la pacatería, los celos y la hipocresía guían sus acciones: tan fácil se escandalizan por el alcohol como aceptan tomar un trago a escondidas, lanzan pullas contra su amiga y las disimulan con sonrisas detrás de un abanico. ¿Reconoce a alguien con estos rasgos?
Dentro de los personajes, el director identifica a Miquita con el limeño del siglo XXI, una joven consciente de sus errores y, sin embargo, no logra aprender de ellos. “Hay una conciencia de nuestra parálisis pero aún no encontramos los medios para seguir evolucionando hacia una nación menos rencorosa y más unida”, agrega Galiano.
NUEVA VISIÓNLos lectores recordarán la literatura costumbrista de Manuel Ascensio Segura y Felipe Pardo y Aliaga. Considerada generalmente como una dramaturgia menor, el director quiso rescatarla del olvido y aportarle nuevos acentos. Por ello, ambientar la comedia en 1921 no es gratuito: “quería sacar a la luz el tema de la independencia en un ambiente privado: cómo estas mujeres eran dependientes de las formas y no tenían otras alternativas para prosperar más allá del matrimonio. A pesar de los avances en los derechos de la mujer, todavía algunas mantienen su dependencia”, señala Galiano.
En su adaptación, el director intervino el texto con el interés de añadir algunos personajes inexistentes en el original, como son una criada indígena y un criado afroperuano con deseos de ascenso social, ambos víctimas de racismo. Galiano cree que Segura, de estar vivo, se sorprendería al ver qué poco han cambiado algunas cosas en Lima, pero quizá aquello no sea tan malo: “Tendría material para seguir escribiendo”, dice.
MÁS INFORMACIÓNLugar: Teatro La Plaza. C.C. Larcomar, Miraflores. Horario: De Jue. a Mar., 8 p.m. Dom., 7 p.m. Entradas: S/.43 y S/.25 en Teleticket.Actúan: Christian Ysla, Jimena Lindo, Sofía Rocha y Gisela Ponce de León.