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No me quedan dudas de que “Barry” es una de las series más inusuales de los últimos años e incluso dentro del catálogo de HBO Max, donde moran las mejores historias que se han contado en la televisión, desde “The Wire”, “Los Soprano” hasta “Succession”. La creación de Bill Hader se coló entre los grandes desde 2018, cuando mostró una comedia muy particular, con una parodia sobre Hollywood, el crimen organizado, los veteranos y otras facetas que reconstruyen la vida moderna estadounidense, por no decir el delirio americano del siglo que transcurre. Y, con el capítulo 8 de su temporada 4, terminó por cerrar su gran chiste, esa risa cerval e incómoda que esconde más de una verdad.
La última etapa de “Barry”, incluso, se volvió más oscura desde la ausencia de su canción habitual en el título de la serie del inicio y en el salto del tiempo que, a lo “Better Call Saul”, mostró la vida del sicario convertido en actor y la expectorada del glamour, Sally Reed, después de evadir sus responsabilidades.
Sally, por supuesto, se llevó la peor parte, porque, si no te has dado cuenta, Barry es más psicópata que víctima de las circunstancias: se aisló en una fantasía de vida americana como padre religioso y ejemplar que se aleja de la violencia y los pecados para criar a su hijo, a quien somete con miedos e ignorancia de la realidad.
Mientras que Sally vive una vida miserable con una peluca oscura (broma nigérrima sobre la pérdida de identidad de la actriz) y una adicción al alcohol. Aburrida, desaparecida, viendo a sus colegas triunfar en la pantalla, no encuentra un poco de placer ni siquiera en las pequeñas transgresiones que hace en su jornada fuera de casa.
¿Quién está más cerca de la redención? No se equivocan al concluir que Barry nunca lo iba a estar porque es el tipo de antagonista que no quiere pagar sus deudas. Se parece más a un Walter White o Tony Soprano que a un Saul Goodman. Y así nos lo demostró el capítulo final de la serie, que no fue el mejor pero que sirvió para el último aplauso.
“BARRY” JUGÓ CON LO PREDECIBLE, PERO COMPLETÓ SU CICLO
Aunque no fue la mejor de las temporadas, la segunda sigue siendo la más impresionante, la gran virtud de la temporada 4 de “Barry” fue jugar fuera de los límites de lo predecible. De arranque, parecía que Bill Hader se había puesto muy serio para demostrar la hipocresía y cinismo de su protagonista y, por supuesto, de la sociedad que retrata.
Y así fue con un Barry sumido en los años de padre de familia, una Sally Reed abandonada emocionalmente, un Gene Cousineau exiliado, un NoHo Hank más cerca de la legalidad y un Fuches tocando lo que nunca pudo ser: un verdadero gánster de película. Estas líneas narrativas se van contando y resolviendo hasta el encuentro final de los personajes principales.
El episodio 8, titulado “Wow”, el mejor de esta temporada, eso no se puede negar, empieza con la típica broma de la serie: Barry yendo a un supermercado para comprar armas. Ni siquiera se pide dos pistolas, sino que toma armamento de largo alcance, el cual luce por los pasillos llenos de juguetes y productos para niños, trabajadores, padres de familia, quienes ni se inmuta por su presencia: recuerden, además, de que ¡es un fugitivo de quien harán una película!
Esa gran parodia marca el tono y la última gran crítica que hace la serie sobre la vida moderna estadounidense y, por qué no decirlo, la mundial: la de voltear la cara a otro lado frente a problemas importantes. Y el capítulo la cierra con otra: la hipocresía de Hollywood, de los grandes estudios y los espectadores de convertir a asesinos seriales en personajes de reflectores, iluminados por una mórbida atención. Hasta se mofó de “Los Soprano” con el fondo oscuro después de su clímax.
El cierre de “Barry” puede ser predecible, porque la muerte del protagonista lideraba la lista de los posibles desenlaces, pero Bill Hader encontró un camino para seguir haciendo parodia y el humor más potente, ese que esconde inquietudes debajo de carcajadas.
Por eso le perdono que no me haya sorprendido tanto al final. Le agradezco, más bien, el haber escrito y filmado una serie poco convencional, riesgosa e irreverente: da gracia que la lanzaran el mismo día del final de “Succession”, pero también asombra que lo hicieran un día antes del Memorial Day.
Así se fue “Barry”, entre ingeniosos y conmovedores desenlaces, pisando terreno seguro a veces, y lanzándose al abismo para contar el gran chiste sobre el delirio americano (y cada vez más mundial) de este siglo.
ELENCO DE “BARRY”
- Bill Hader como Barry Berkman / Barry Block
- Stephen Root como Monroe Fuches
- Sarah Goldberg como Sally Reed
- Glenn Fleshler como Goran Pazar
- Anthony Carrigan como NoHo Hank
- Henry Winkler como Gene Cousineau
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