“El dinero no puede comprar la felicidad pero sí puede alquilarla”. Esta frase atribuida al escritor estadounidense Gordon Livingston describe a la perfección la increíble historia de un compatriota suyo, que obtuvo de su divorcio –al que calificó como “casi insoportable”– la exorbitante cantidad de 750 mil dólares como reparación por su mala experiencia.
El matrimonio de 12 años de Kevin Howard, de Carolina del Norte, llegó a su fin cuando descubrió que su ahora ex esposa le estaba siendo infiel pero, gracias a una antigua ley llamada “alienación de afecciones” que existe en el mencionado estado, demandó al amante y logró que le pagara una jugosa indemnización.
También conocida como la “ley de los rompe hogares”, esta norma permite que un cónyuge entable un juicio a otra persona que “a propósito interfiera con una relación marital”, según señala el Instituto de Información Legal de la Escuela de Derecho de Cornell. La parte demandada suele ser la persona con la que un cónyuge fue infiel.
Howard contó a CNN que cuando su esposa le dijo para que se separaran, la pareja comenzó a ir a sesiones de consejería matrimonial; sin embargo, algo le parecía sospechoso, por lo que contrató a un investigador privado que descubrió que su esposa le estaba siendo infiel con un compañero suyo de trabajo.
“Cenó con nosotros varias veces, pasamos tiempo juntos… pensé que era un amigo”, agregó el ahora divorciado, que describió el momento cuando se enteró que su esposa lo estaba engañando. “Fue como si alguien te llamara para decirte que un miembro de tu familia había muerto súbita y trágicamente”, dijo.
“Presenté el caso porque siento que es importante que la gente entienda que la santidad del matrimonio es algo muy importante, especialmente en estos tiempos en el que las personas cuestionan sobre la moralidad y la viabilidad de todos como persona, y el estado respaldó mi postura”, precisó Howard.
Si el amante no puede pagar de inmediato la indemnización establecida, quedará marcado en su registro como deuda impaga. Pese a que varios estados han derogado las leyes de alienación de afecciones de sus estatutos, todavía existen en Hawái, Misisipi, Nuevo México, Dakota del Sur, Utah y Carolina del Norte.
Para tener una oportunidad de ganar una demanda de este tipo, el cónyuge engañado debe ser capaz de demostrar que tanto él y su pareja eran felices antes de la infidelidad y que el amante se interpuso entre ellos. En otras palabras, que un tercero interfirió en su relación y provocó su final.
Consultada por CNN, la defensa legal de Kevin Howard precisó que el caso se basó a partir de la antigua ley inglesa, en la que las mujeres eran vistas como propiedad. En la misma forma que un hombre podía demandar por el hurto de un caballo, podía hacerlo por el hurto de una esposa. Actualmente, cualquier cónyuge puede demandar sin importar el género de su pareja.
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