Japón se quedó más cerca que nunca de avanzar a los cuartos de final de la Copa del Mundo Rusia 2018. La forma en que se vio privado de un logro que se le ha negado siempre fue por demás dolorosa, aunque eso no fue excusa para dejar más de una lección en el Mundial
El combinado asiático llegó el lunes al encuentro de octavos de final ante Bélgica en Rostov del Don como aparente víctima. Pero contra todo pronóstico tomó la ventaja en los albores del segundo tiempo, con un par de estupendos goles.
Bélgica tuvo que hacer su máximo esfuerzo para conseguir una remontada memorable. Anotó su primer gol cuando restaban 21 minutos y el tercero en los descuentos. Se impuso por 3-2 y selló su pasaje para la ronda de las ocho mejores selecciones del Mundial.
Los japoneses solo se colaron a la fase de eliminación directa por haber tenido menos tarjetas amarillas que Senegal, equipo con el que terminó igualado en puntos, diferencia de goles, tantos anotados y marcador entre ambos durante la fase de grupos.
Fue el tercer fracaso de Japón en un intento por llegar a los cuartos de final de la Copa del Mundo. Y tal vez el más decepcionante. Al caer el gol del triunfo y tras el silbatazo final que llegó un instante después, los japoneses se arrodillaron o quedaron tendidos sobre el terreno. Casi todos lloraron.
Sin embargo, en todo su recorrido en Rusia 2018 los hinchas se comportaron dignamente. Asimismo, la selección japonesa dejó totalmente impecable el vestuario que usaron y una nota que decía “gracias” en ruso.
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