No es necesario tener la pelota ni correr más para ser campeón del mundo.
Esa es la conclusión del informe que publicó este martes el Grupo de Estudio Técnico de la Copa del Mundo de la FIFA sobre lo que ocurrió en el pasado Mundial de Rusia 2018.
El informe de más de 140 páginas fue elaborado por un equipo que estuvo liderado por el entrenador brasileño Carlos Alberto Parreira (campeón del mundo en 1994) y el holandés Marco van Basten, director de Desarrollo Técnico de la FIFA.
Analiza en detalle cada uno de los partidos disputados, ofreciendo estadísticas y tendencias de los que se vio sobre la cancha.
Entre los datos que más sobresalen son los que demuestran que Francia, la selección que conquistó el título, no necesitó tener la posesión ni recorrer más kilómetros que sus rivales para lograr su segunda copa del mundo.
Los dirigidos por Didier Deschamps solo se ubicaron en el puesto 19 entre los países con más posesión (España lideró la estadística con 69% por delante de Alemania y Argentina) y en el lugar 28 entre los equipos que más corrieron, con una media de 101 kilómetros por partido (Serbia, con 113 kilómetros, fue la que completó más distancia).
Frente al arco
Los campeones del mundo tampoco fueron los que tuvieron más precisión en el pase con un 70% (12º entre las 32 selecciones), lejos del 84% alcanzado por Alemania, el 81% de España o el 79% de Brasil.
Asimismo, Francia estuvo entre los equipos que menos veces penetraron el área y quedó en el lugar 28 en centros al área, solo por encima de Túnez, Irán, Corea del Sur y Panamá.
Pero hubo un aspecto en los que sí fue letal: la definición.
No solo anotó 14 goles, a dos de Bélgica, sino que tuvo un promedio de un gol cada seis disparos (la segunda mejor efectividad por detrás de Rusia) y un tiro a puerta cada dos disparos.
Y para ellos no importó si se encontraban dentro o fuera del área ya que consiguieron goles de ambas formas.
El croata Zvonimir Boban, secretario general adjunto de fútbol de la FIFA, enfatizó que estos datos sirven para reafirmar la buena actuación de Francia en Rusia.
“Francia es la justa campeona”, destacó la leyenda del AC Milan.
“Bajo la batuta de Didier Deschamps, quien siempre tuvo muy claro cómo sacar el máximo a sus jugadores hasta el final, el equipo galo fue el mejor asentado en el campo y con más confianza en sí mismo”.
Parreira por su parte resaltó que “ellos no vinieron a impresionar, vinieron a ganar”.
Líneas cerradas y eficacia
El triunfo de Francia marcó un alejamiento al estilo de fútbol de posesión que se había impuesto con España y Alemania en los mundiales de Sudáfrica 2010 y Brasil 2014.
Según el informe de la FIFA, que también contó con el aporte del nigeriano Emmanuel Amunike y el legendario seleccionador Bora Milutinovic, muchos equipos apostaron exitosamente por jugar un fútbol al contragolpe, manteniendo las líneas muy cerradas en defensa.
“En el pasado solo algunos equipos podían contraatacar con efectividad, pero la mayoría de las selecciones son capaces de hacerlo ahora”, destacó Amunike.
La falta de espacios también propició una mayor cantidad de goles desde fuera del área (un gol por cada 29 intentos en comparación con un gol de cada 42 disparos en Brasil 2014) y más tantos en jugadas a balón parado, hasta el punto que se estableció un récord con 62 (hubo 39 en Brasil y 35 en Sudáfrica).
El mayor exponente en este apartado fue Inglaterra, que anotó 10 de sus 12 goles de esta forma.
Por último, el grupo técnico de la FIFA resaltó que si bien se notaba la escasez de jugadores creadores, los pocos que hubo siguieron marcando la diferencia como fue el caso del croata Luka Modric, elegido mejor jugador del torneo.
“Me encantó ver a Modric llevando los hilos de los partidos”, expresó Milutinovic. “Es de primera clase”.
“Los creadores se pueden imponer en los partidos, acelerar o bajar el ritmo, cambiar de juego, crear y hacer que pasen cosas”, agregó Parreira.
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