Millones de hombres, mujeres y niños en todo el mundo son actualmente víctimas del tráfico humano.
Son comprados y vendidos como bienes de consumo para la explotación sexual y el trabajo forzado, entre muchas otras calamidades.
Es un mercado de vidas humanas que atraviesa todos los rincones del mundo.
Sin embargo, en casi la mitad de los países afectados se logra condenar con éxito a los culpables.