Al menos 50 personas murieron hoy y más de 100 resultaron heridas en una serie de atentados perpetrados en Pakistán contra las fuerzas de seguridad y la minoría chiita, en lo que fue el día más sangriento desde que asumiera el nuevo gobierno a principios de junio, informaron fuentes policiales y militares.
Los ataques se produjeron solo una hora después, aproximadamente, de un encuentro entre el primer ministro británico, David Cameron, y su nuevo homólogo paquistaní, Nawaz Sharif, en Islamabad.
El atentado que produjo la mayor cantidad de víctimas se registró en una mezquita chiita en la ciudad de Quetta, en el suroeste del país. Fuentes oficiales informaron que 28 miembros de la comunidad, entre ellos nueve mujeres y tres niños, murieron en el ataque suicida.
Además, unas 70 personas resultaron heridas en el ataque. La policía estima que el atacante estaba disfrazado de mujer y portaba los explosivos que detonó a la entrada del templo.
Pocos minutos después se registró una segunda explosión en un centro de compras de la misma localidad.
Asimismo, este domingo, un convoy de paramilitares en la periferia de Peshawar, en el noroeste de Pakistán, fue atacado. Allí murieron 22 personas, entre ellos dos niños, y otras 56 resultaron heridas, informaron fuentes oficiales.
Además, otros cuatro soldados murieron en Waziristan del Norte. Dos de los tres vehículos del convoy que transportaban a decenas de soldados pasaron por la zona sin que se produjeran incidentes, pero el tercero se vio afectado por la explosión de los proyectiles de mortero colocados en un automóvil aparcado en una gasolinera, según la policía.
Nadie asumió por ahora la responsabilidad de los atentados. En las zonas donde se produjeron los atentados, la milicia integrista del Talibán ataca con frecuencia a las fuerzas de seguridad paquistaníes.