El Obelisco de Buenos Aires amaneció hoy sin su característica cúpula piramidal y decenas de porteños inundaron las redes sociales con fotografías y comentarios sobre el cambio de apariencia de este emblema de la capital de Argentina.Seguir a @Mundo_ECpe!function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
Tras la enigmática postal de Buenos Aires se esconde el artista argentino Leandro Erlich, conocido por instalaciones que juegan con la ilusión óptica.
Con la ayuda de una grúa, la punta del Obelisco fue recubierta a primera hora de hoy con una carcasa rectangular de 3.000 kilogramos, informaron a Efe fuentes del operativo coordinado por Erlich.
“No es magia, ni tampoco es ilusión, ¡es arte!”, dijo Erlich en una entrevista publicada hoy por el diario La Nación.
“La democracia del símbolo” es el título que recibe la intervención y se completará esta tarde con la participación del público en dos escenarios: primero, frente al Obelisco, y posteriormente, en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba).
Obelisco judío. pic.twitter.com/3eBgIzvnE9— A Mores (@AlienMores) septiembre 20, 2015
Huuuuuu, si hasta la punta del obelisco fue robada, tamos al hornooo !! pic.twitter.com/YdndraFPyB— Jorge G. (@drjorgeg) septiembre 20, 2015
Usuarios de las redes sociales estaban desconcertados con lo que sucedía (Twitter)
“Me interesa cuestionar lo real y el orden establecido, abrir una ventana a otro horizonte. Crear juegos ópticos, espejos, laberintos, a partir de cosas muy comunes como puertas, fachadas, casas. Que nada sea lo que parece ser me convierte en el hombre más optimista del mundo”, señaló el artista, que actualmente reside en Montevideo.
Leandro Erlich (Buenos Aires, 1973) sorprendió con una fachada de una casa típica de principios del siglo XX a la que la gente podía trepar en la inauguración de la Usina del Arte porteña en el 2012.
Su reconocimiento trasciende las fronteras argentinas y sus intervenciones han llegado a museos internacionales como el Reina Sofía madrileño, el MOMA neoyorquino y el Macro romano.
Fuente: EFE