“Mis chicos eran los niños más hermosos del mundo, maravillosos. Me despertaban todas las mañanas para jugar. Ahora ya no están”, dijo entre lágrimas el padre de Aylan Kurdi, el niño sirio de 3 años que murió junto a su hermanito de 5 años y a la madre de ambos cuando el bote que los llevaba a Europa naufragó en las costas turcas.Seguir a @Mundo_ECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
El pequeño Aylan Kurdi se ahogó junto a otras 11 personas, incluidos su hermano y su madre, en el naufragio de dos embarcaciones que intentaban llegar el miércoles a la isla griega de Kos desde la ciudad turca de Bodrum, una de las vías marítimas más cortas entre Turquía y Europa.
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Aylan y Galip Kurdi (Reuters)
El padre de Aylan, Abdullah Kurdi, contó llorando de su lucha por salvar a su familia de morir ahogada. Pero las olas hicieron zozobrar el barco, señaló Kurdi a la emisora de radio Rosana, de la oposición siria.
“Ayudé a mis dos hijos y a mi esposa... Pero mis hijos resbalaron de mis manos... intenté aferrarme al barco por más de una hora. ”, agregó. Cuando tres horas después fue rescatado por la Guardia Costera turca, sus dos hijos y su esposa estaban muertos.
La familia kurda quería huir a Canadá, donde vive Teema Kurdi, una tía de Aylan desde hace más de 20 años, según apuntan los medios.
Pero Aylan ni siquiera llegó a Europa, su viaje terminó a un paso de la Unión Europea. Kos se encuentra a cinco kilómetros de la península de Bodrum. En días claros, pareciera como si se pudiese nadar desde Turquía a Grecia.
Los hermanitos Galip y Aylan Kurdi, víctimas de la guerra http://t.co/Xp1AtKn9QN pic.twitter.com/IgMuBqcgGB— Mundo El Comercio (@Mundo_ECpe) septiembre 3, 2015
Casi dos millones de sirios ya han huido de su país a Turquía debido a la guerra civil. Muchos de ellos quieren seguir a Europa. Los traficantes de personas ofrecen entre otros la ruta terrestre a través de Bulgaria, pero allí los controles son muy severos. Muchos refugiados en Bodrum cuentan que huir por tierra es demasiado peligroso.
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El pequeño Aylan Kurdi. (Reuters)
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El capitán escapó
Abdullah Kurdi afirmó que el capitán del bote se alarmó debido al oleaje agitado y se zambulló al mar, dejándolo a él en control de la pequeña embarcación junto con su familia y otros migrantes.
“Empecé a conducir. Las olas eran demasiado grandes y el bote zozobró. Tomé a mi esposa e hijos en los brazos y me di cuenta de que todos estaban muertos”, recordó. “Todo lo que deseo es estar con mis hijos en estos momentos”.
Kurdi contó que antes la familia había pagado una suma a traficantes para que organizaran la travesía a la isla de Kos.
“Después de alejarnos unos 500 metros de la costa, en el bote empezó a entrar agua y se nos mojaron los pies. A medida que aumentaba el agua, cundía el pánico. Algunos se pusieron de pie y el bote volcó”, recordó.
“Las manos de mis dos niños se escaparon de las mías, intentamos quedarnos en el bote, pero el aire disminuía. Todo el mundo gritaba en la oscuridad. Yo no lograba que mi esposa y mis hijos oyeran mi voz”, añadió.
Relató cómo, fijando la mirada en las luces, consiguió nadar hasta la costa.
“Cuando alcancé la costa comencé a buscar a mi esposa y a los niños. Pensé que se habían asustado y escaparon. Llegué a Bodrum y no pude encontrarlos en nuestro punto de encuentro. Luego fui al hospital y me enteré de las tristes noticias”, explicó.
La imagen de Aylan Kurdi, de tres años, ahogado en la playa turca de Bodrum fue publicada hoy en primera página por casi todos los diarios turcos y ha estremecido al mundo.
La autora de la foto, la periodista Nilufer Demir, confesó al diario Hürriyet que se le había helado la sangre cuando vio el cuerpo del pequeño con su camiseta roja.
“Apenas vi a #AylanKurdi se me heló la sangre”, dice autora de la foto que conmueve al mundo http://t.co/n3Rf4lrYGK pic.twitter.com/Z1RF1tyKE2— Mundo El Comercio (@Mundo_ECpe) septiembre 3, 2015
“No podía hacer nada por él. Lo único que podía hacer es que su grito fuera oído en el mundo, y lo hice con su fotografía”, dijo Demir. Relató que vio al hermano de Aylan a cien metros de distancia y se percató de que ninguno de los dos llevaba un salvavidas.
Teema Kurdi, la tía de los niños que trabaja como peluquera en Canadá, dijo que la familia de refugiados de la guerra en Siria quería llegar a ese país, pero no pudieron obtener el visado cuando lo solicitaron en Turquía.
Con información de EFE