A pocos días de las elecciones, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dijo que Estados Unidos elegía entre un candidato “muy, muy malo” y otro “muy, muy peor”.Seguir a @Mundo_ECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
No especificó si Donald Trump era el “malo” o el “peor”, pero la administración del republicano posiblemente cambie la tensa relación de Venezuela con Estados Unidos, rival político pero importante socio comercial.
Aunque a estas alturas es imposible saber cuál será el impacto que tendrá la llegada de Trump a la Casa Blanca el 20 de enero, sus promesas de campaña permiten avanzar el impacto que podría tener en Venezuela, un país que está sufriendo una grave crisis política y económica.
“Peor de lo que están (las relaciones) no puede ser”, dijo a BBC Mundo Edmundo González, ex embajador de Venezuela y ahora analista internacional.
El experto recordó que desde hace más de cinco años no hay embajadores en Caracas y en Washington, y apenas hay cooperación.
Por lo tanto, cualquier cambio en uno de los dos países puede tener consecuencias de distensión o de agravamiento del desencuentro.
La política y la economía son los ámbitos donde más se puede llegar a sentir en Venezuela el triunfo de Donald Trump, decidido a romper con los ocho años de gestión del demócrata Barack Obama.
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—Política—
En el mismo acto de campaña en el que Maduro criticaba a Trump y a su rival, la derrotada Hillary Clinton, el presidente de Venezuela dijo que Obama estaba “obsesionado con destruir Venezuela”.
El oficialismo venezolano acusa a Estados Unidos de apoyar lo que considera son intentos de la oposición por desestabilizar el país e incluso de fomentar un golpe de
Estado, así como una “guerra económica” contra el país.
La oposición culpa al gobierno de la crisis y está promoviendo un proceso de referendo revocatorio que se encuentra suspendido y que ha sido respaldado por Washington.
La retórica agresiva, sin embargo, no impide los gestos conciliadores. El 31 de octubre visitó Venezuela Thomas Shannon, experimentado diplomático enviado del Departamento de Estado.
Y el martes, confirmado el triunfo de Trump, el gobierno de Venezuela anunció una conversación telefónica entre el secretario de Estado, John Kerry, y el presidente Maduro.
Según el comunicado, Maduro “insistió al secretario Kerry en la necesidad de establecer y dejar una agenda de trabajo positiva para la próxima administración”.
El gobierno también fue conciliador en su mensaje de felicitación a Trump y destacó que espera “avanzar en un futuro donde impere el respeto a los principios y propósitos de la Carta de Naciones Unidas, que consagra la igualdad soberana de los Estados y la autodeterminación de los pueblos”.
En Caracas reina, por lo tanto, la expectaciónante cómo puede actuar Donald Trump respecto a Venezuela.
El republicano no habló mucho en campaña del país aunque se le podría encontrar una cierta conexión con el país en el hecho de que uno de sus principales campos de golf y resortsestá en Doral, municipio de la periferia de Miami donde incluso el alcalde es venezolano, reflejo de la amplia comunidad que vive allí.
“Miami ha sido construida por venezolanos fantásticos y trabajadores”, dijo en un acto en Florida.
“Pero han sido terriblemente dañados por los socialistas en Venezuela y el próximo presidente de Estados Unidos debe mostrarse solidario con toda la gente en el hemisferio (América Latina) que está oprimida. Estaremos con los oprimidos y hay muchos oprimidos en Venezuela”, dijo sin entrar en más detalles.
“Anhelan ser libres. El sistema es malo, pero su gente es grande”, agregó sobre una comunidad venezolana que se ha asentado de forma creciente en los últimos años en el sur de Florida por la crisis económica y su desacuerdo con el chavismo, que gobierna Venezuela desde 1999.
Pero el analista Edmundo González destaca el aislacionismo del que ha presumido Trump en campaña y cree que Venezuela y América Latina en su conjunto caerán en el olvido de la nueva administración.
“Venezuela no está en el radar de las prioridades de la política exterior de Estados Unidos y no va a estar”, afirmó el experto.
La administración Obama, que estableció sanciones a dirigentes del oficialismo, sí respalda en un segundo plano el diálogo que actualmente mantienen gobierno y oposición y que está tutelado por el Vaticano.
Así lo demuestra la reciente visita del diplomático Shannon.
A diferencia de Obama, Trump ya dijo que no se va a centrar en la promoción de la democracia ni en la defensa activa de los derechos humanos fuera de su país.
Avanzó que se centrará en lo interno. Y en lo externo dedicará sus esfuerzos probablemente a la amenaza de Estado Islámico y la tensión con Rusia.
Si finalmente mejoran las relaciones con Vladimir Putin, eso podría beneficiar al gobierno de Maduro, gran aliado de Moscú.
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—Economía—
Las discrepancias políticas menguan cuando se trata de dinero.
A pesar de la tensión, Estados Unidos sigue siendo el principal destino del petróleo venezolano (unos 600.000 barriles al día), aunque las ventas han ido disminuyendo en los últimos años.
Venezuela ha diversificado compradores y ahora exporta más a China e India, los siguiente en la lista de envíos. Sin embargo, Estados Unidos sigue siendo su principal cliente.
Por ello, el deseo de Donald Trump de lograr la “autosuficiencia energética”, esfuerzo iniciado ya por George W. Bush e intensificado por Obama, puede ser un factor de preocupación para Venezuela.
“El estímulo a la producción petrolera (en EE.UU.) hace que los precios se mantengan bajos. En la situación de Venezuela eso es bastante difícil porque está urgida de que los precios suban”, explicó a BBC Mundo el economista Asdrúbal Oliveros.
La fuerte caída del precio del crudo es una de las principales causas de la crisis económica de Venezuela, ya que el petróleo es casi la única vía de entrada de divisas al país.
Su caída dificulta la importación de alimentos, lo que ha generado escasez. Venezuela tiene unos niveles de producción nacional muy bajos que se han visto golpeados también por la crisis.
En esa circunstancia, no sólo la cantidad de petróleo que exporta a Estados Unidos es importante para Venezuela, sino el hecho de que lo paga en dinero en efectivo a diferencia de China, adonde los envíos se hacen en un amplio porcentaje a cuenta de la deuda que tiene Venezuela con el gigante asiático.
Según Oliveros, un posible renacer del enfrentamiento diplomático entre Estados Unidos e Irán por el acuerdo nuclear que firmó Obama y que Trump desea eliminar podría traducirse en un alza del precio del petróleo, de lo que se favorecería Venezuela.
Pero los analistas coinciden en que todo lo que tiene que ver con lo que hará Donald Trump es, de momento, especulación.
“Tiene una política exterior impredecible, y hacia América Latina, aún más impredecible”, dijo el analista Edmundo González.
Fuente: BBC
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