Darle una mano a un desconocido puede significar más que una buena acción. De hecho, según un estudio de la encuestadora Gallup, la disposición de una cultura a ayudar al prójimo es un indicador importante de factores económicos positivos como el PIB y el empleo a largo plazo.Seguir a @Mundo_ECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
Y es algo que trae otros múltiples beneficios como estimular el bienestar general de una nación.
Como parte de la investigación, Gallup encuestó cerca de 145.000 personas en más de 140 países, preguntando a los participantes si donaron dinero recientemente para obras de beneficencia, sirvieron como voluntarios o ayudaron a desconocidos.
La BBC habló con residentes de los cinco países ubicados en los puestos más altos de la clasificación para averiguar qué los motiva a donar su tiempo y dinero.
Birmania
El pequeño país del sudeste asiático apareció, por mucha diferencia, con el más alto marcador en el estudio.
Su generosidad es alimentada, en gran parte, por una fuerte tradición budista.
Oriunda de la ciudad birmana de Yango, la doctora Hninzi Thet destaca cómo influye el concepto del karma en el Theravada, la rama más extendida del budismo en el sudeste asiático.
“Cualquier buena acción (de los budistas) servirá de refuerzo para su próxima encarnación y así tendrán una mejor vida”, dice.
“Por ejemplo, en el cumpleaños de un niño ofrecerán una comida a los monjes, que dependen del público para alimentarse. Esta acción hará que ganen méritos”.
Hninzi Thet dice que las donaciones de comida y dinero principalmente van a los monjes y monasterios. Sin embargo, agrega que últimamente se han estado organizando iniciativas para hacer donaciones a orfanatos, por ejemplo.
Eso se debe, especialmente, a que la diáspora birmana ha traído una mayor exposición a las ideas occidentales de compartir.
Con la llegada de la estabilidad política y la celebración de elecciones, también aumentó el número de extranjeros y Birmania también fue nombrada recientemente como el país más amigable del mundo en la encuesta de InterNations Expat Insider 2015.
Estados Unidos
La nación norteamericana aparece en el segundo lugar de la clasificación de Gallup.
Hninzi Thet, quien actualmente residente de Baltimore, dice que en EE.UU. nota una base menos religiosa para dar ayuda que en el caso de Birmania.
“No se ve tanto una actitud de recuperar la inversión”, apunta. “Lo que admiro de las donaciones en EE.UU. es que es un modelo de 'devolver el favor' más apegado al sentido de civismo”.
Dar ayuda en la cultura estadounidense varía dependiendo de si la zona es rural, suburbana o urbana.
Oriunda de Nebraska y fundadora de un grupo cultural internacional para personas que vivieron en el extranjero, Naomi Hattaway ha experimentado los tres casos.
“Hay una gran cantidad de ONG y organizaciones sin fines de lucro en la zona metropolitana de Washington, pero en los suburbios más lejanos muchas veces la gente decía que no tenían idea de cómo ser voluntarios o participar”, dice.
Sin embargo, en el pequeño pueblo de Luckets, en Virginia, descubrió que “el espíritu de dar, la filantropía y los actos de caridad parecían casi obligatorios”.
Y, para algunos, es un rasgo que ha ido pasando de generación en generación.
“Mis abuelos y abuelas siempre dieron”, dice Zoe Helene, residente de Massachusetts.
“Nunca se jactaron de eso, pero sí me contaron historias de repartir comida y ayuda por muchos años durante la Gran Depresión y las dos Guerras Mundiales”.
“Creo que querían que yo supiese que la compasión por otros era esencial para forjar el carácter y que las personas necesitan cuidarse entre sí o, de lo contrario, la civilización se desmorona”.
Australia
Conseguir que todos tengan la misma posibilidad de éxito es una parte esencial de la cultura australiana.
“En otras palabras la oportunidad de triunfar en las mismas condiciones, sin estar en desventaja”, dice Erik Stuebe, gerente general del Hotel Intercontinental Melbourne The Rialto, quien es oriundo de un pequeño pueblo del estado de Nueva Gales del Sur.
“Hay un gran respeto por las personas que tienen éxito y siguen siendo humildes y genuinos, conectados a sus raíces y dando apoyo a las iniciativas de otros”, añade.
Melbourne, en especial, tiene un fuerte espíritu comunitario y muchas veces organiza eventos que aportan mucho dinero a causas locales y mundiales.
Y como ejemplo de una iniciativa que terminó siendo global está la Fundación Movember, que comenzó en la ciudad en 2003 y que ahora anima a hombres de todo el mundo a hacerse crecer los bigotes en noviembre para sensibilizar al público sobre la salud masculina.
“Creo que los australianos dan lo que sea necesario, con generosidad, y hasta el límite de sus capacidades”, afirma Stuebe.
Nueva Zelanda
Como residentes de una pequeña isla nación que históricamente ha sido sobre todo rural, los neozelandeses tienen una larga tradición de ocuparse de sus vecinos.
“A veces hay una sensación de que todo el mundo se conoce, así que hay un deber de cuidarse mutuamente”, dice Katherine Shanahan, oriunda de Wellington y empleada en el sitio de viajes GoEuro.co.uk.
“Quizás el fuerte sentido comunitario es también una razón por la cual el país parece tener este rasgo de generosidad”.
Wellington organiza iniciativas como The Free Store, en la que restaurantes y panaderías regalan la comida que no se vendió en el día.
En diciembre, 18 localidades del país organizan una carrera en la que los participantes se visten con trajes de Papá Noel para recaudar fondos para niños pobres.
A su vez, el terremoto de Christchurch en el 2011, que mató cientos de personas y provocó miles de heridos, también revitalizó el espíritu generoso del país.
Sri Lanka
Como ocurre con Birmania, la generosidad en Sri Lanka está fuertemente condicionada por la religión.
“La mayoría de la población es budista o hinduista, y ambas religiones respaldan la caridad y el compartir”, resalta Mahinthan So, residente de la capital, Colombo.
Esa disposición a ayudar es especialmente evidente en Matara, la ciudad más meridional del país.
“Hay un dicho en Sri Lanka que reza: 'No importa dónde estés en la isla, en caso de necesidad siempre encontrarás un compatriota de Matara que, sin duda, estará contento de ayudarte'”, señala otro residente, Supun Budhajeewa.
“Tenemos ese sentimiento de pertenencia muy dentro de nosotros. Creo que eso resume lo que somos”.
Desde donar sangre hasta actos sociales de caridad en las escuelas, siempre hay eventos en Matara que estimulan la generosidad.
Muchas organizaciones de la ciudad y sus barrios organizan “dansel” (puestos de comida gratuita a gran escala) durante las celebraciones religiosas, fiestas estatales y noches de luna llena.
Las vacaciones son también propicias para “shramadhanas” (trabajo voluntario) en limpieza de calles públicas, labores en los hospitales y construcción de casas para los sin techo.
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Generosidad en breve
El siguiente es el desglose de países más generosos por categorías, según la encuesta Gallup.
- Más probable que donen dinero:BirmaniaIndonesiaAustraliaMaltaNueva Zelanda
- Más probable que sean voluntarios:TurkmenistánBirmaniaIndonesiaSri LankaEstados Unidos
- Más probable que ayuden a un desconocido:LibiaSomaliaMalawiBotswanaEstados Unidos