Representantes del gobierno colombiano y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) iniciaron este domingo en La Habana la decimosegunda ronda de conversaciones del proceso de paz con el que están intentando ponerle fin a casi 50 años de conflicto armado.
En esta ronda la décimo segunda desde el inicio de las conversaciones, en noviembre del año pasado las partes continuarán abordando el tema de las condiciones para la participación política de la guerrilla en caso de su eventual desmovilización.
Pero las pláticas se retoman una semana después de que dos ataques diferentes de las FARC causaran la muerte de al menos 19 soldados colombianos, lo que ha arreciado las críticas de aquellos que se oponen a las conversaciones.
Muchos colombianos no entienden por qué estamos dialogando cuando continúan los ataques por parte de los grupos en armas, reconoció desde La Habana el jefe negociador del gobierno, Humberto de la Calle.
(Pero) hay que recordar de nuevo que la decisión del gobierno de no pactar un cese al fuego, salvo naturalmente a la finalización del conflicto, cuando lleguemos a un acuerdo, obedece a varias razones: lo que queremos es terminar la guerra, no prolongarla, explicó.
Las FARC, por su parte, aprovecharon el inicio de la nueva ronda de conversaciones para pedirle al gobierno que empezara cumplir con los acuerdos ya alcanzados en torno al primer punto de la agenda de negociaciones: desarrollo rural.
Una de las reglas de las conversaciones en las que todavía falta empezar a discutir los temas de reparación de las víctimas del conflicto, narcotráfico y la dejación de las armas es, sin embargo, que nada está acordado hasta que todo esté acordado.