Australia declaró el estado de emergencia en el estado de Nueva Gales del Sur, donde los bomberos continúan luchando para apagar una ola de incendios forestales.
Esta declaración les permitirá a las autoridades obligar a la población a evacuar sus casas y apagar el suministro eléctrico en caso de ser necesario.
El pronóstico del tiempo indicó que en los próximos días subirán las temperaturas y llegarán fuertes vientos, lo cual no hará sino empeorar la situación.
Estos incendios, los peores que ha sufrido el estado en una década, ya han destruido más de 200 casas y algunos todavía están completamente fuera de control.
Esta vez la temporada de incendios comenzó antes de lo previsto, después de que Australia registrara el año más caluroso de la historia.
Lo ocurrido genera nuevas preguntas sobre el impacto del cambio climático.