El presidente Donald Trump dijo que Estados Unidos no puede ser el “policía” del mundo tras llegar a Irak este miércoles en una visita sorpresa a las tropas estadounidenses.
Trump aterrizó a las 19H16 locales en la Base Aérea Al-Asad en Irak, junto con su esposa Melania, indicó un corresponsal de la AFP.
El mandatario, cuya visita estuvo rodeada de un gran secretismo, habló con los uniformados así como con líderes militares, y defendió su decisión de retirar las tropas estadounidenses de Siria y reducir su número en Afganistán.
Las fuerzas estadounidenses “no pueden estar más tiempo. Ya han estado suficiente”, indicó a sus generales.
“Estados Unidos no puede seguir siendo el policía del mundo”, dijo. “Es injusto cuando solo nosotros asumimos la carga” y “no queremos que otros países se aprovechen de nosotros, de nuestros increíbles militares, para protegerlos. No pagan por ello y tendrán que hacerlo”, aseveró en su primera que realiza a tropas desplegadas en una zona de guerra desde que llegó al gobierno hace dos años.
“Estamos esparcidos por todo el mundo. Estamos en países de los que la mayoría de la gente ni siquiera ha escuchado hablar. Francamente, es ridículo”, agregó.
La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, dijo en Twitter que el mandatario y la primera dama viajaron a Irak en la noche de Navidad “para visitar a nuestras tropas y al comando militar superior para agradecerles por su servicio, su éxito y su sacrificio y para desearles una feliz Navidad”.
Se trata de “una visita sorpresa a nuestros valientes miembros del servicio de Estados Unidos actualmente desplegados en Irak”, señaló a su vez la portavoz de Melania Trump.
Los viajes presidenciales para aumentar la moral de las tropas son una tradición en Estados Unidos desde los años posteriores a los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, y Trump ha recibido críticas considerables por su negativa hasta ahora a visitar una zona de guerra.
- ¿Tiempo de irse? -
Las reducciones de tropas estadounidenses en zonas de conflicto, y la abrupta forma en que fueron anunciadas, han provocado alarma entre los aliados de Washington y estuvieron entre las causas de la renuncia del secretario de Defensa Jim Mattis, quien ha sido uno de los pesos pesados de la administración de Trump.
En su carta de dimisión, inusualmente enérgica, Mattis reprendió al presidente destacando la “firmeza” de sus propias posiciones respecto a la necesidad de “tratar a los aliados con respeto y de ser sincero respecto de los actores con malas intenciones y los competidores estratégicos”.
Trump también recibió críticas de Francia y de otros aliados, así como de figuras importantes de su propio partido Republicano.
Sin embargo, el presidente ha hecho de la salida de Estados Unidos de escenarios de guerra aparentemente interminables una prioridad desde su elección, en 2016, y considera que ha llegado el momento adecuado para concretarlo.
El grupo yihadista Estado Islámico (EI), que alcanzó a controlar amplias fajas del territorio de Irak y de Siria, se vio obligado a abandonarlas, lo que permitió a los aproximadamente 2.000 soldados estadounidenses que apoyan a los combatientes locales se retiren de ambos países, sostiene Trump.
El presidente pretende igualmente retirar a cerca de la mitad de los 14.000 soldados estacionados en Afganistán, que participan en una guerra contra combatientes talibanes que se encuentra hace mucho tiempo en punto muerto.