Los instructores de la coalición liderada por Estados Unidos adaptaron la formación de los soldados iraquíes para las futuras ofensivas contra los bastiones de los yihadistas del Estado Islámico gracias a las enseñanzas extraídas de las batallas de Ramadi, Tikrit o Sinjar.Seguir a @Mundo_ECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
Los yihadistas minaron las zonas bajo su control con explosivos de todo tipo, sobre todo los de fabricación casera, un arma esencial en la guerra que libran contra las tropas regulares y sus aliados.
El Estado Islámico diseminó miles de minas y de artefactos en las calles y los edificios de Ramadi para frenar la ofensiva que permitió a las fuerzas gubernamentales reconquistar esta ciudad del oeste a finales de diciembre.
La formación ahora se basa “en las lecciones aprendidas con las batallas de Ramadi, Tikrit, Sinjar y Baiji”, explicó el general Sean MacFarland, comandante de la coalición internacional contra el Estado Islámico, durante un entrenamiento abierto a la prensa en Besmaya, cerca de Bagdad.
Dos brigadas, la 71ª y la 72ª, siguieron durante dos meses esta formación dispensada por los instructores, sobre todo españoles, enviados por países de la coalición liderada por Estados Unidos. En el terreno, el despliegue de excavadoras y de material de desminado se hace en medio de morteros. Se trata de abrir brechas para quebrar la línea defensiva del enemigo. Entre tanto, los soldados avanzan a bordo de vehículos blindados.
Los militares emplean una herramienta eficaz para neutralizar los explosivos: el sistema estadounidense Apobs (Anti-personnel Obstacle Breaching System).
Como un ejército regular
“Los métodos que enseñamos aquí son el fruto de todo lo aprendido en Ramadi”, afirma el general James Learmont, comandante adjunto de las fuerzas de la coalición en Iraq. Porque “los yihadistas habían transformado esta ciudad en un inmenso campo minado”, obligando a las fuerzas gubernamentales a avanzar lentamente y con extrema prudencia.
Para neutralizar estos artefactos, la presencia de ingenieros es indispensable. Pero “no se puede dejar que vayan solos al frente porque son vulnerables”, precisa el general Learmont.
La estrategia del Estado Islámico ha evolucionado en los últimos meses, pasando de tácticas guerrilleras a métodos más propios de un ejército regular, estiman los oficiales.
“Luchan esencialmente como una fuerza convencional”, afirma el general MacFarland, gracias sobre todo a los equipamientos militares incautados al ejército.
De ahí que la coalición tuviera que mejorar la formación de los soldados iraquíes, cuya incompetencia quedó patente con la desbandada del 2014. “Hasta entonces nos concentrábamos en las técnicas básicas, como los disparos. Pero hemos pasado a la etapa superior”, precisa el general.
El portavoz de la coalición internacional, coronel Steve Warren, declaró recientemente que el ejército iraquí necesitaba “cientos” de instructores militares occidentales para formar “más brigadas”.
“Es realmente la próxima etapa para crear la potencia de combate necesaria para liberar Mosul”, de la que los yihadistas se apoderaron en junio del 2014, añadió.
Este será un tema clave de la reunión de ministros de Defensa de 26 países y del gobierno iraquí, prevista el 11 de febrero en Bruselas.
Estados Unidos por sí solo ha desplegado unos 3.500 soldados en Iraq para asesorar a las tropas locales.
Fuente: AFP