FRANCISCO SANZ
Si esta tarde en el Mundial Honduras se juega la supervivencia contra Ecuador, hoy y todos los días libra una batalla contra la violencia instalada por las maras, las sanguinarias pandillas que operan en varios países de Centroamérica. Profundamente enraizados en la sociedad hondureña, los mareros también han golpeado a algunos seleccionados.
1. El país más violento. El informe emitido por Naciones Unidas, en abril de este año, fue una sentencia: con una tasa de 90,4 asesinatos por cada 100 mil habitantes, Honduras es el Estado más violento del planeta. El Gobierno Hondureño rechazó tal calificativo y replicó que había que reconocer ciertos avances, como haber pasado de 21 homicidos diarios en el 2012 a 15 al día en lo que va del 2014. Una cifra que escarapela todavía más la piel es que entre el 2010 y el 2013, 458 menores de 14 años murieron en circunstancias violentas.
2. Los niños están en la mira. La Ceiba es la región hondureña que más futbolistas alumbra. En ella, según un reportaje de la BBC, los muchachos no tienen muchas más salidas profesionales que dedicarse a la pesca o al fútbol. Cada vez que se crean clubes o se inauguran canchas, el objetivo es el mismo: evitar que los chicos se metan en las maras. Unos 34 mil jóvenes integran las bandas criminales. Según las autoridades, de los 4.500 menores que abandonaron la escuela en San Pedro Sula (la segunda ciudad del país) en el 2013, la mitad lo hizo por el acoso de las maras (la Salvatrucha o la Mara 18), que les ofrecen ropa y zapatos para que trabajen para ellos como mulas (traficantes) o banderas (espías).
3. El drama de los Palacios. Jerry, Wilson y Johnny Palacios hicieron historia en Sudáfrica 2010 por ser la primera vez en la historia que tres hermanos jugaban para una selección. En Brasil 2014 solo están Jerry y Wilson. Los Palacios no solo juegan por su país. “Yo juego al fútbol para Edwin, que me ve desde el cielo”, ha dicho Wilson, suspendido para el choque de hoy por su expulsión contra Francia. “Hacer un gol nos marcaría para toda la vida, se lo dedicaría a mi hermanito, que sigue vivo en nuestros corazones”, confiesa Jerry, quien estará en la banca.
4. El hermano que fue abatido. Edwin, el menor de los hermanos Palacios, fue secuestrado en el 2007, cuando solo tenía 15 años. Su hermano Wilson acababa de ser fichado por el Birmingham inglés, pero dicen que el rapto no fue por plata sino por culpa de un marero celoso. Como sea, la familia pagó 150 mil dólares, pero el muchacho, que ya era una promesa del Olimpia local, fue ultimado a balazos.