Adén. El gobernador de Adén murió este domingo en un atentado con coche bomba reivindicado por el Estado Islámico, un revés para el presidente de Yemen, Abd Rabbo Mansur Hadi, que no logra apaciguar la segunda ciudad de este país en pleno conflicto.Seguir a @Mundo_ECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
El atentado se produjo al día siguiente de que un mediador de la ONU visitara Adén, para acelerar las negociaciones y sacar a Yemen del conflicto entre el gobierno y los rebeldes chiitas hutíes, que siguen controlando la capital Saná y otras regiones.En un comunicado en Twitter, la organización yihadista se atribuyó la detonación de un coche bomba, que alcanzó al convoy del gobernador Jaafar Saad en el barrio de Tawahi en Adén, la segunda ciudad de Yemen. En él, según el Estado Islámico, murieron también ocho de sus guardaespaldas.Según el jefe de las fuerzas de seguridad de Adén, el general Mohamed Mussad, hubo siete muertos en el atentado: el gobernador y seis de sus guardaespaldas.En las redes sociales podían verse imágenes con un vehículo reventado en llamas, en una avenida de Adén.El general Jaafar Saad había asumido recientemente sus funciones como gobernador. Era cercano al presidente Abd Rabbo Mansur Hadi, quien se instaló a mitad de noviembre en la ciudad, tras pasar varios meses exiliado en Riad.En el país se libra una guerra entre las fuerzas regulares, apoyadas desde marzo por una coalición militar árabe encabezada por Arabia Saudí, y los rebeldes chiitas proiraníes, que mantienen el control de varias regiones, entre ellas la capital Saná.Hadi había pedido en marzo la ayuda de Arabia Saudí frente a los rebeldes chiitas, que desde su bastión del norte avanzaron rápidamente hacia el sur de Yemen y obligaron al gobierno a exiliarse en Riad. Ahora, el ejecutivo se ha instalado en Adén, reconquistada hace cuatro meses y convertida en capital “provisional”.La guerra entre los rebeldes hutíes y las fuerzas regulares, con la rivalidad entre la sunita Arabia Saudí y el chiita Irán como telón de fondo, ha hundido en el caos al país más pobre de la península arábiga.Aprovechando el desorden, grupos yihadistas han avanzado en varias regiones del sur, y el propio barrio de Tawahi es conocido por ser un bastión de Al Qaeda.El Estado Islámico se ha atribuido varios atentados en Yemen, como por ejemplo uno contra los edificios del gobierno en octubre, y ataques suicida contra mezquitas chiitas en Saná.Emiratos Árabes Unidos, que tiene fuerzas desplegadas en Adén dentro de la coalición árabe para apoyar al presidente Hadi, condenó el atentado. “Crímenes como estos no debilitarán nuestra determinación de traer la seguridad y la estabilidad a Yemen”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores, Anwar.Una misión de paz 'difícil'La víspera de este atentado, el emisario de la ONU para Yemen, Ismail Ould Cheikh Ahmed, se reunió en Adén con el presidente Hadi, para celebrar a ser posible el 12 de diciembre en Ginebra unas conversaciones de paz.Sin embargo, la misión resultó “difícil”, dijo a la AFP una fuente cercana al presidente yemení, acusando a los rebeldes de no cumplir una resolución de la ONU que les pide retirarse de los territorios tomados.“No han anunciado su lista de negociadores”, dijo a la AFP por su lado el ministro yemení de Relaciones Exteriores, Abdel Malak al Mekhlafi.“Están tratando de provocar una escalada en el terreno, bombardeando barrios residenciales en Taez”, una ciudad del suroeste de Yemen asediada por los rebeldes y sus aliados, añadió el canciller.Según el gobierno yemení, los rebeldes mataron la semana pasada a 33 civiles en Taez, entre ellos cuatro niños.La ONU señaló que más de 5.700 personas han muerto en Yemen, casi la mitad de ellos civiles, desde que comenzó en marzo la campaña aérea árabe liderada por Riad para apoyar al gobierno de Hadi frente a los rebeldes chiitas proiraníes.
Fuente: AFP