Con las conquistas de los últimos días en Iraq y sobre todo en Siria, donde logró tomar la mitad del país gobernado por el régimen de Bashar al-Assad, el grupo yihadista Estado Islámico pasó a controlar un territorio equivalente a Italia.
Después de varios éxitos en la provincia de Homs, en el centro, y en la de Aleppo, en el norte sirio, el Estado Islámico controla la mitad del territorio sirio, según afirmó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), un grupo de la oposición con base en Londres.
El geógrafo y analista Fabrice Balanche asegura que, entre Iraq y Siria, los jihadistas sunnitas controlan cerca de 300.000 kilómetros cuadrados, un área del tamaño de Italia.
En la provincia de Aleppo, en la frontera con Turquía, el Estado Islámico ha expandido su control después de vencer a grupos rebeldes o de ocupar el terreno abandonado por esas organizaciones que también combaten a Al-Assad en una guerra civil que ya supera los cuatro años.
El grupo extremista capturó anteayer el pueblo de Suran, por lo que se encuentra a 10 kilómetros de la frontera, indicó el Observatorio. Tres días de intensos combates se saldaron con 30 miembros del Estado Islámico y 45 rebeldes muertos, precisó la ONG.
Ayer, el grupo avanzaba hacia la ciudad de Marea, situada en una ruta clave para el aprovisionamiento de los rebeldes desde Turquía. El Estado Islámico ya apuntó hacia esta localidad en abril, haciendo detonar dos coches bomba y matando a 15 rebeldes, pero no logró tomar la ciudad.
En el centro de Siria, el grupo extremista sunnita logró avanzar hacia el Oeste y el Sur a partir de la antigua ciudad de Palmira, tomada por los jihadistas hace diez días.
De esa manera se hizo con el control de la localidad de Basire, situada en un importante cruce de caminos, que conduce a Damasco hacia el Sur y Homs.
La captura de esta histórica ciudad siria se producía poco después de que sus unidades de combate capturaron Ramadi, la capital de la provincia de Al-Anbar, en Iraq. “La ruta de Palmira [en Siria] a la provincia de Al-Anbar en Iraq ya está abierta [para el Estado Islámico], sin ningún obstáculo”, subrayó Mohammed Hasan Al-Homsi, un activista local.
Fue en esa provincia donde ayer tres suicidas del Estado Islámico atacaron una base de la policía iraquí y causaron la muerte de por lo menos 41 soldados y milicianos chiitas.
Funcionarios de la policía informaron que tres atacantes suicidas estrellaron simultáneamente vehículos Humvee robados al ejército iraquí en una base del área de Tharthar, al norte de Ramadi.
Los ataques provocaron una gran explosión en un depósito de municiones que está dentro de la base. Autoridades dijeron que otros 63 miembros de las fuerzas de seguridad resultaron heridos.
Como supuestamente ocurre con el ejército iraquí, las fuerzas gubernamentales sirias cada vez están menos dispuestas a luchar contra el Estado Islámico en áreas que no consideran vitales.
“El territorio vital a proteger para el régimen es Damasco, Homs, Hama y la costa. Idleb ya no está en sus cálculos”, afirmó una fuente de seguridad siria.
La escasez de personal militar por las bajas en combate, sumada a la dificultad para nuevos reclutamientos, hace que Damasco y las milicias afines elijan sus batallas y rehúyan pelear por localidades de mayoría sunnita o por aquellas en las que la población local no combate también al Estado Islámico, explicó el director del OSDH, Rami Abdel Rahman.
Fuente: Agencias