La Paz. El líder de la protesta del departamento boliviano de Potosí, Johnny Llally, denunció hoy que teme por su vida ante la presencia de muchos francotiradores de la policía boliviana.Seguir a @Mundo_ECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
“Tal vez me vean la última vez. Los dirigentes estamos en peligro. Hay francotiradores en varios edificios”, denunció a la televisora Unitel.
Los informativos de televisión de La Paz presentaron imágenes de uniformados armados con rostros cubiertos en el techo del Ministerio de Gobierno (Interior).
“Todavía con vida”, agregó Llally después en la televisora católica Fides, donde justificó la protesta recordando que Potosí es el departamento más pobre de Bolivia.
También denunció que hay al menos 70 detenidos. “Muchos de nuestros compañeros potosinos sufrieron una cacería policial porque fueron aprehendidos en alojamientos y locales donde comían”.
Además, se confirmó que al menos tres de los detenidos tenían fracturas y sangraban en el recinto policial. A petición de los otros detenidos fueron llevados al hospital público de La Paz.
“Solo volveremos a la mesa del diálogo si liberan a nuestros compañeros detenidos”, señaló Llallis.(Difusión)
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La protesta social del departamento de Potosí, que ya lleva 18 días de duros reclamos, se agravó el miércoles con acciones violentas en La Paz, sede del gobierno de Bolivia, donde un grupo de mineros atacó instalaciones públicas en las que se encontraban varios ministros y decenas de periodistas.
Unos ocho ministros y cuatro viceministros tuvieron que ser evacuados por los techos y salir en vehículos protegidos por policías.
El Comité Cívico Potosinista (Comcipo) exige al gobierno la construcción de una hidroeléctrica, hospitales, represas, nuevas carreteras, tres fábricas (de vidrio, cal y cemento), un aeropuerto internacional, el fomento de la energía eólica y la preservación del histórico Cerro Rico.
La protesta, dirigida por el Comcipo, comenzó hace cuatro semanas con una caminata que recorrió 553 kilómetros desde Potosí a La Paz. Al no ser escuchados, los manifestantes optaron por el corte de rutas en el sur de Bolivia y el 6 de julio comenzó un paro indefinido.
El vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera, tras repudiar los hechos violentos del miércoles precisó que el gobierno está dispuesto a dialogar con los dirigentes sociales de Potosí pese a la protesta minera en La Paz.
Fuente: DPA