El canciller venezolano, Elías Jaua, ha emitido, hasta el momento, el único argumento que explique de manera oficial la ausencia del presidente Nicolás Maduro al cambio de mando de Chile. De acuerdo al canciller, actualmente el mandatario venezolano “está enfrentando un intento de derrocamiento”, lo que haría entendible su titubeo al hacer maletas rumbo a Santiago.
“(El intento de derrocamiento) ya lo hemos neutralizado”, dijo el jefe diplomático venezolano, una de las piezas políticas más activas del régimen chavista.
Por su parte Maduro, aseguró desde Caracas que la estabilidad de América Latina depende de la estabilidad en su país.
“La estabilidad, y me perdonan lo que voy a decir si alguien que escucha en el mundo manipula lo que voy a decir, de América del Sur, del Caribe e inclusive de buena parte de Centroamérica depende hoy por hoy de la estabilidad de Venezuela”, aseveró.
“Si la revolución desapareciera y llegaran otra vez las transnacionales a controlar nuestro petróleo sería cuestión de tiempo, seis meses o un año, para que viéramos a los pueblos pobres, desesperados por el hambre, de todo el Caribe, tomar sus balsas para subir al llamado sueño americano”, agregó.
Antes de las declaraciones del canciller venezolano, y del presidente Maduro, trascendió desde el Palacio de Miraflores una primera razón que explicaba la repentina cancelación de la visita de Maduro a Chile: el avión presidencial venezolano había sufrido un desperfecto.OTRAS POSIBLES RAZONESSi bien Maduro y su régimen enfrentan una crisis cuyas protestas han dejado, hasta el momento, 24 muertos, las declaraciones del canciller Jaua, podrían no ser la única explicación.
Ampliemos el panorama. Si Nicolás Maduro acudía al país del sur y cumplía con el compromiso presidencial de asistir a la investidura de la doctora Bachelet, quien ha asumido su segundo mandato presidencial, éste iba a tener que lidiar con lo siguiente:
1. La reunión que el vice presidente de EE.UU., Joe Biden, realizará con los mandatarios de la región, que se encuentren en Chile, para abordar la crisis en Venezuela.
2. Los cuestionamientos de la prensa mapocha sobre la muerte de la chilena Gisella Rubilar, quien falleció el domingo, luego de recibir un impacto de bala en la sien el sábado, mientras intentaba retirar una barricada colocada cerca a su edificio. Rubilar, quien vivía desde el 2006, junto a sus hijos, en Venezuela, fue la víctima número 22.
3. La exposición a la prensa internacional que se ha trasladado a Santiago y a Valparaíso para cubrir la toma de mando y la reunión de representantes del UNASUR, la cual le preguntaría de manera incesante por el cumplimiento de un mes de protestas contra su gobierno, las medidas que ha dictaminado durante este tiempo y que ha colocado a Venezuela al borde de una guerra civil, y los mecanismos de tortura y represión que ejecutan los miembros de la Guardia Nacional Bolivariana, contra los manifestantes.
Frente a este complicado escenario, la cancelación de la visita de Maduro le pareció a su gobierno la mejor opción, incluso si que esta medida ha resultado ante el mundo como un verdadero desplante diplomático por parte de Venezuela.