Han pasado casi cinco años desde que el periodista venezolano Roger Santodomingo publicó “De verde a Maduro”, libro por el que tuvo que salir definitivamente de su país. “Es imposible volver con la amenaza de juicio y de ir a prisión”, cuenta desde Washington el autor de la biografía no autorizada de Nicolás Maduro, que dice que ve con horror no solo la magnitud de la crisis en su nación, sino también el ciego deseo del presidente de Venezuela de permanecer en el poder.
— El 2013 también fue el año en el que Nicolás Maduro asumió la presidencia. ¿Su gobierno fue como usted esperaba?Esto ha excedido cualquier pronóstico. Nadie esperaba que la economía del país entrara en la situación de desastre en la que se encuentra, ni que la vocación autoritaria se pudiese imponer de tal manera que las instituciones fuesen completamente arrasadas. Esperábamos que Maduro pudiera convertirse eventualmente en una transición a la democracia, pero ocurrió lo contrario. Maduro se ha convertido en el dictador más cruel de la historia venezolana y ha durado más de lo que cualquiera podía haber esperado.
— ¿Eso no se veía venir?Cuando Maduro asumió el protagonismo, tenía la ventaja, en cierto modo, de que era un civil y que tenía experiencia en el Parlamento entablando diálogos con la oposición. Pero Maduro, que casi pierde la elección, derrochó rápidamente su capital político, la herencia que le dejó Hugo Chávez, y terminó convirtiéndose en el extremo izquierdo del chavismo, adoptando una posición más radical que impedía la posibilidad de una transición hacia una vía democrática. Sin embargo, fue muy astuto no solo para obtener el poder, sino también para conservarlo porque no se puede negar que, a pesar de la crisis, ha llevado al chavismo a hacerse de un poder hegemónico, obviamente por una vía no democrática.
— En su libro usted lo describía como una persona sin ideas propias y hecho para obedecer. ¿Es un hombre ambicioso o más bien un títere?La realidad es que la institución presidencial es muy importante en Venezuela y no hay competencia de liderazgo dentro del chavismo que pueda desplazar a Maduro. Ahora, es un régimen frágil porque depende de la protección militar, que en Venezuela está apuntalada principalmente por el régimen cubano. Si se quiere hablar de que es un títere, se puede ver de esa forma, pero en realidad en Venezuela no hay nadie por encima de Maduro y la posibilidad de que haya un golpe militar es muy improbable.
— Usted entrevistó a Maduro y a su entorno entre el 2005 y el 2012. ¿Qué es importante saber ahora del perfil del mandatario?Que Maduro nunca va a arriesgar el pellejo. No se arriesgará a una confrontación militar ni electoral en la cual no tenga salida. Es alguien que juega políticamente a estar en el poder de cualquier manera y va a estar ahí hasta el último momento para salvarse. Su apuesta es de tiempo. Yo lo veo, además, como alguien que está atrapado en una cárcel de 900 mil kilómetros cuadrados y con millones de rehenes. No puede salir de Venezuela porque sabe que en cualquier parte del mundo puede ser procesado. Está acusado de delitos muy graves, no solo de violación de derechos humanos, sino también de narcotráfico.
— Y no parece pensar en dejar el poder. Esta semana intentó adelantar las elecciones parlamentarias, como lo hizo con las presidenciales...Maduro y su cúpula no tienen incentivos para dejar el poder. La posibilidad de un proceso electoral realmente democrático es lo que la oposición está buscando, y ha sido sabia su decisión de no ir a estas elecciones porque habría sido un error histórico. La salida democrática o de transición tiene que ser una que les permita actividad política a ellos [los chavistas]. No le van a entregar el poder a un opositor en el que no confían.
— ¿Cuál ha sido el peor error de la oposición?Es muy difícil juzgar desde afuera, pero creo que el más grande error ha sido no tener un sistema para garantizar la unidad.
— Usted ha dicho que se espera que Maduro hará fraude. ¿Es algo que ya se da por hecho en Venezuela?No hay nadie en Venezuela que crea que el resultado del 22 de abril no será la reelección de Maduro. Sin observadores, ni una oposición compitiendo en condiciones justas, eso ya es un fraude. Lo que estamos viendo es un fraude continuo.
— ¿Cuánto tiempo más cree que se sostendrá Maduro?Es difícil saberlo, porque el colapso de la economía es brutal y hay una hambruna que nunca hubo en la historia del país ni de América Latina. Creo que las salidas son pocas. Cuando se vieron otras dictaduras en la región, si no hubo una transición democrática para salir de ello hubo un golpe interno o una guerra civil, y esos son escenarios que uno no puede prever. La posibilidad de una operación militar externa, como la que no descartó Donald Trump, en realidad es muy lejana. Y sin la amenaza militar, las sanciones internacionales no tienen efecto, lo cual está demostrado históricamente. Maduro nunca había estado tan aislado como ahora, pero puede aguantar así quién sabe si indefinidamente.
— ¿Qué consecuencias inmediatas tendrá su permanencia en el poder?Va a haber más sufrimiento, más desplazados venezolanos. Al gobierno no le importa que la migración venezolana sea una de las más grandes del mundo. Es una tragedia no solo para los venezolanos, sino para los países de la región, sobre todo para los que van a seguir recibiendo esta enorme masa migratoria. Esto es una crisis que está ocurriendo en las narices de los países latinoamericanos.
— ¿Qué es lo que más le ha sorprendido de las acciones de Maduro?Su absoluta indolencia frente al valor de la vida humana, el hecho de que haya mandado matar a gente sin ningún tipo de remordimiento, de escrúpulos, que se haya amarrado al poder de una manera impresionante e inesperada. Tiene una vocación y una pasión por el poder que ha quedado clara. Maduro no va a dejar el poder por las buenas.
— Maduro insiste en que va a venir a la Cumbre de las Américas, pese a que el Gobierno Peruano le ha retirado la invitación. ¿Qué nos dice esto de su personalidad?Eso es un acto de campaña, simplemente quiere que parezca que está desafiando al mundo. Pero por favor si se presenta allá [en el Perú] métanlo preso. En mi opinión, estos gestos de Maduro son parte de una retórica política, algo ensayado, como son ensayados sus errores al hablar y de conocimiento histórico y geográfico, que a veces parecen chistes. Él utiliza eso para decir: “Bueno, nosotros los pobres y humildes nos equivocamos y los ricos y educados se burlan de nosotros”.
— ¿Qué falta saber sobre Maduro?Su final. Todo el mundo ya sabe lo que es Maduro y lo que ha hecho. Su legado es desastroso, solo falta conocer cómo acabará.