Tras varios años de pacíficas celebraciones del 1 de mayo, la violencia estalló hoy de nuevo en Estambul dejando decenas de heridos y 72 detenidos, en unos disturbios originados en la prohibición de celebrar la tradicional concentración en la emblemática plaza Taksim.
Entre los heridos se cuentan 22 agentes, según informó el gobernador de Estambul, Hüseyin Avni Mutlu, quien precisó que uno de los uniformados y un civil se encuentran en estado grave debido a traumatismos craneoencefálicos.
Aunque el gobernador no precisó el número total de heridos, indicó que ocho personas cinco agentes y tres civiles aún siguen hospitalizadas.
Avni Mutlu alabó la disciplina y la mesura de los 22.000 agentes que tomaron parte en el dispositivo de seguridad y responsabilizó de los incidentes violentos a un grupo marginal de 3.000 o 5.000 personas.
Fue una intervención equilibrada y proporcional, concluyó, al tiempo que anunció el restablecimiento de casi todos los sistemas de transporte público, interrumpidos desde la madrugada.
La decisión de las autoridades de prohibir este año la celebración en la céntrica plaza Taksim, que se encuentra en obras, y la insistencia de los sindicatos de acudir a este emblemático lugar, fue el origen de los enfrentamientos en el que ha sido el 1 de Mayo más violento de los últimos años.
INTENSOS CHOQUES Los enfrentamientos empezaron a primeras horas de la mañana en estratégicos cruces a más de un kilómetro de distancia de la plaza, donde los policías, pertrechados con máscaras de gas, impedían el avance de las marchas que pretendían llegar a Taksim.
Tras ser rechazados por el lanzamiento de botes de humo, grupos de jóvenes lanzaron piedras contra los agentes, que intensificaron el uso de gas lacrimógeno y emplearon cañones de agua, originando una batalla campal que se prolongó durante horas.
Finalmente, alrededor del mediodía, los grupos sindicalistas abandonaron los intentos de cruzar el cordón policial y pusieron fin a sus protestas con una concentración en la plaza de Besiktas, donde se habían registrado los mayores incidentes.
Lo que hoy ha ocurrido en Estambul es terrorismo del Estado, denunció Ismail Hakki Tombul, secretario general de la Confederación de Trabajadores Públicos, KESK.
Varios sindicatos llevaban días negociando con las autoridades el permiso de manifestarse en la plaza Taksim, símbolo de la lucha obrera desde que en 1977 murieran allí 36 personas por disparos de la policía.
La Gobernación negó el permiso, alegando que parte de la plaza se halla en obras, lo que conllevaría un riesgo para la seguridad de los manifestantes.
Aparentemente, el gas lacrimógeno, las porras y los chorros de agua a presión no suponen tal riesgo, ironizó Tombul.
El movimiento obrero turco otorga un enorme simbolismo a la celebración del 1 de Mayo en la plaza Taksim, dado que la dictadura militar de 1980 prohibió tales reuniones, lo que no impidió que cada año hubiera intentos de acceder a la plaza, que degeneraban sistemáticamente en violentos choques.
En 2009 se volvió a legalizar la marcha sindicalista en el emblemático lugar y, desde entonces, cada año se han concentrado en ese lugar entre 100.000 y 200.000 personas en un ambiente festivo y sin que se registraran disturbios.