El muro de acero fronterizo de más de 5 metros de altura construido entre México y Estados Unidos, se abrió por primera vez este sábado para permitir que cerca de 3,000 personas pudieran abrazarse durante tres minutos entre familiares.
El evento, organizado por la Red en Defensa de los Derechos de los Migrantes, convocó a alrededor de 250 familias y se llevó a cabo con la colaboración de organizaciones dedicadas a la promoción de los derechos humanos en Estados Unidos y México.
Fernando García, director de una de las organizaciones promotoras del evento denominado “Abrazos, no muros” (#HugsNotWalls en inglés), indicó que la frontera es un lugar con una gran carga de contenido.
“Este es un muro que representa lo peor de la política migratoria. Es un muro que representa el racismo y la xenofobia que existe en los Estados Unidos”, criticó.
El diputado federal mexicano Ulises García Soto, secretario de la Comisión de Asuntos Migratorios, declaró a la agencia EFE que la agenda legislativa del partido al que pertenece dará especial importancia al tema de los repatriados a su país.
El legislador mencionó además que en noviembre se organizará una mesa legislativa en el Congreso que contará con la participación de migrantes, organizaciones civiles y académicos, que plantearán estrategias para el desarrollo de las políticas sobre el tema.
Fuente: EFE