El empresario José Dolores Blandino, consuegro del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, denunció que la Policía local lo detuvo en días recientes para decomisar la bandera nacional de Nicaragua, en medio de una crisis que ha dejado cientos de muertos, en protestas contra el gobernante.
“Me detuvieron solo para quitarme unas banderas que andaba en mi carro (...) los policías solo me dijeron que no puedo andarlas, así de simple”, dijo Blandino, dedicado a proyectos de desarrollo urbano.
El empresario ha tomado relevancia como opositor en los últimos meses, ya que su hija, Xiomara Blandino, es la actual pareja de un hijo de Ortega y la vicepresidenta Rosario Murillo.
El manifestante autoconvocado afirmó que continuará portando la bandera de Nicaragua en su automóvil, a pesar de que varias personas han sido capturadas y al menos una ha sido condenada por el Poder Judicial, por portar el pabellón nacional nicaragüense.
“Me pueden echar preso 40.000 veces pero no voy a dejar mi bandera, la voy a andar siempre”, insistió Blandino.
Entonar el Himno y alzar la Bandera Nacional es motivo de orgullo entre los nicaragüenses, pero desde el estallido social del 18 de abril pasado la Policía Nacional captura a quienes lo hacen.
La justicia local condenó a 5 años de prisión a un hombre por vender banderas de Nicaragua a opositores del Gobierno, y el pasado fin de semana el uso del pabellón nacional de los nicaragüenses fue restringido en un juego contra Haití correspondiente a la Copa Oro.
La oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) han responsabilizado al Gobierno de “más de 300 muertos”, así como de ejecuciones extrajudiciales, torturas, obstrucción a la atención médica, detenciones arbitrarias, secuestros y violencia sexual, entre otras violaciones a los derechos humanos.
Organismos humanitarios cuentan entre 325 y 545 muertos y 610 “presos políticos”, mientras que el Gobierno reconoce 199 víctimas y 273 reos, que llama “terroristas”, “golpistas” y “delincuentes comunes”.
Las manifestaciones contra Ortega y su esposa comenzaron por unas fallidas reformas de la seguridad social y se convirtieron en una exigencia de renuncia del mandatario. Fuente: EFE