El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, evaluó opciones el sábado junto a sus principales colaboradores militares y de seguridad nacional para responder al supuesto ataque con gas nervioso que mató a cientos de personas en Siria, en medio de crecientes señales de que Damasco usó gas contra civiles.
Obama habló con el primer ministro británico David Cameron, un aliado clave de Washington, y ambos acordaron la necesidad de impedir el uso de armas químicas y que la situación amerita una respuesta seria.
Un importante funcionario de Naciones Unidas llegó a Damasco para buscar acceso de inspectores al sitio del ataque del miércoles, en el que según relatos de opositores entre 500 y 1.000 civiles perdieron la vida por el gas lanzado por las fuerzas del Gobierno sirio.
En el reporte de mayor credibilidad hasta ahora, la organización humanitaria Médicos sin Fronteras (MSF) dijo que tres hospitales cerca de Damasco informaron sobre 355 muertes en el lapso de tres horas de entre 3.600 hospitalizaciones con síntomas producidos por gases nerviosos.
Los relatos y el material de video de las víctimas hombres, mujeres y niños han generado llamados de Occidente por una respuesta militar liderada por Estados Unidos después de dos años y medio de inacción internacional sobre el conflicto que ha causado la muerte de al menos 100.000 personas.
CONTRAATAQUE DE DAMASCO Siria acusa a los rebeldes de perpetrar el ataque para provocar una intervención. La televisión estatal siria dijo que sus soldados encontraron armas químicas el sábado en túneles que habían sido empleados por los insurgentes.
Héroes del Ejército están entrando en los túneles de los terroristas y han visto agentes químicos, dijo la televisión estatal citando a una fuente informativa. En algunos casos, los soldados se sintieron asfixiados al entrar en Jobar, añadió.
Los soldados habrían descubierto un almacén con máscaras antigas y píldoras importadas usadas para protegerse frente a la exposición de ataques químicos, dijo el reporte oficial. La información no pudo ser confirmada de forma independiente.