“Fue casi imposible dormir. Durante toda la noche se registraron réplicas muy fuertes. Hasta las 3 a.m. hubo al menos una treintena de temblores que incluso superaron los 6 grados en la escala de Ritcher… Justo ahora está temblando de nuevo y muy fuerte”, cuenta la periodista chilena Carolina Vera Ramos (@CarolaVeraR) en exclusiva para El Comercio.Seguir a @Mundo_ECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
Diez muertos y un desaparecido ha dejado hasta el momento el terremoto de 8,4 grados que azotó al centro y norte de Chile. El remezón se sintió a las 7:54 p.m. (5:54 p.m. en el Perú) del miércoles y activó de inmediato una alerta de tsunami en todo el borde costero chileno y varios países del Pacífico, entre ellos el Perú.
Apenas tres horas después del sismo ya se habían reportado más de 20 réplicas. El epicentro del terremoto de Chile estuvo localizado en el mar, frente a Illapel, al norte de Santiago.
Vera Ramos, quien reside en la ciudad La Calera -a cinco horas del epicentro del remezón-, recuerda que vivió el terremoto comprando en un negocio. Pese a los gritos que se oyeron, la desesperación no logró apoderarse de los transeúntes.
“La gente empezó a ponerse nerviosa y hubo gritos. Pero en general comenzamos a caminar rápido para irnos a nuestras casas. (En Chile) Hay cultura de sismos y terremotos entonces la gente dentro de todo el nerviosismo igual sabe cómo reaccionar”, destaca.
De acuerdo a información oficial, las zonas pobladas más afectada son la localidad de Illapel, de unos 31.000 habitantes y a unos 230 km al norte de Santiago, así como el pueblo costero de Tongoy, en la región de Coquimbo, donde las olas arrasaron su borde costero.
En Illapel, había destrucción de casas construidas con materiales livianos, en tanto el cementerio local era un caos con decenas de cruces, jarrones y tumbas hechas añicos, señala la agencia de noticias AFP.
La zona central de Chile ya había sido sacudida en 2010 por un terremoto de 8,8 grados y un posterior tsunami, que dejó más de 500 muertos. Otro sismo, de 8,2 grados, sacudió en abril de 2014 a la cuidad de Iquique, dejando seis muertos.
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