En los seis años que ha trabajado como director de la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS) en el Perú, el brasileño Fernando Cotrim ha desarrollado complejos proyectos en sectores como el transporte, el turismo y el deporte.
Cotrim, experto en gestión pública y licitaciones, ha estado a la cabeza en nuestro país de un órgano de la ONU que aunque no es muy conocido se encarga de brindar apoyo en las obras públicas e infraestructura, las adquisiciones y la gestión de proyectos, en beneficio de las personas más vulnerables. Tiene operaciones en más de 80 naciones.
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Entre los proyectos en los que Cotrim ha trabajado en el Perú se encuentran la conducción de un paquete de licitaciones para el Órgano Regulador de Transporte de Perú (OSITRAN), la construcción del nuevo Museo Nacional de Arqueología (MUNA) y la implementación de la logística, bienes y servicios de los Juegos Panamericanos de Lima 2019.
Al terminar su gestión en nuestro país, el funcionario conversó con El Comercio y ofreció un balance del estado de la gestión pública en el Perú.
—¿Cómo llega la UNOPS a brindar su servicio a los países?La UNOPS fue creada en 1994 en principio como un brazo operativo de Naciones Unidas para prestar servicios a los otros programas, órganos y agencias de la ONU. El mandato de la UNOPS es el gerenciamiento de proyectos. Con el paso de los años la misión de la UNOPS, que es un referente para infraestructura, se ha expandido para prestar asistencia técnica a los gobiernos.
—¿De qué manera se financia?La UNOPS es la única agencia u órgano de Naciones Unidas que no recibe contribuciones de los estados miembros porque fue concebida para tener un modelo de gestión autosuficiente y autofinanciable. Por cada proyecto que la UNOPS implementa con cada gobierno hay un cobro de recuperación de costos indirectos y directos. Obviamente no existe finalidad de lucro o ganancia, pero sí una recuperación de costos.
—¿El gobierno del país solicita el apoyo de la UNOPS en un proyecto específico o ustedes lo proponen?Los gobiernos solicitan la asistencia técnica, el gerenciamiento del proyecto. El alcance depende de la necesidad de cada gobierno.
—¿Cuál es su diagnóstico de la gestión pública en el Perú?Le voy a dar un panorama más amplio y aterrizamos en el Perú. Un tema muy importante en la agenda de la UNOPS, además del enfoque de género, es el tema de la gestión pública justa y equitativa. Esto está basado en varios principios. Toda adquisición pública está basada en cuatro principios fundamentales de la UNOPS: la integridad, la transparencia, la competencia efectiva y el valor del dinero. Desde el punto de vista semántico parece muy fácil decir que los procesos públicos son transparentes, íntegros, logran el valor del dinero y la competencia efectiva, pero esto no siempre ocurre.
—¿Qué casos de la región podría mencionar?En América Latina, nosotros trabajamos en un proyecto bastante emblemático relacionado con la adquisición de medicamentos para el seguro social de Guatemala. En las licitaciones con el gobierno guatemalteco tuvimos un logro de ahorros a los precios de medicamentos del 200% porque el mercado estaba totalmente contaminado, con problemas de monopolios, oligopolios, etc. Ese es un ejemplo importante. También hemos trabajado apoyando al gobierno de México en la construcción de un cable bus, un teleférico. La propuesta ganadora estaba 60 millones de dólares por encima del valor real. Nosotros como UNOPS hemos dado asistencia al gobierno de la Ciudad de México en este proceso para lograr que el proyecto se realizara.
—¿Y en el caso del Perú?Acá en el Perú, uno de los proyectos más emblemáticos de mi gestión ha sido el Museo Nacional de Arqueología (MUNA). Hubo mucho debate desde el punto arqueológico, pero el proyecto tenía todo el endoso de la UNESCO para estar en Lurín. La infraestructura, la obra, ya se está terminando y se entrega a final de setiembre. En este proyecto que la UNOPS ha hecho para el gobierno peruano nuestra agencia se ha encargado de todo el gerenciamiento del proyecto: las licitaciones, los contratos, el contrato principal con el constructor, los pagos, el control de calidad.
En el caso del Perú es importante mencionar el tema de la institucionalidad. Nosotros hemos hecho ese proyecto con el gobierno peruano y estamos muy agradecidos por la confianza que nos han dado, pero ha sido un proyecto en el que tuvimos que lidiar con ocho ministros distintos en tres años y esto no es una crítica, es la realidad. Entonces el tema de la institucionalidad, de la inestabilidad, de la rotación en la administración pública fueron desafíos muy importantes. Haciendo un paralelo con la gestión pública, es muy fácil hablar de transparencia, integridad, el valor del dinero y competencia efectiva pero se necesita obviamente una capacidad instalada, un gerenciamiento de proyectos con herramientas modernas y actualizadas, una ley de contrataciones públicas que sea amigable y eficiente. Y lo que veo en relación a la gestión pública es que parece que hay una aparente contradicción entre lograr resultados y lograr eficiencia y a la vez tener innecesariamente una ley compleja, engorrosa y burocrática.
—¿Cómo fue su trabajo en los Panamericanos?Nosotros hemos apoyado al gobierno peruano con la parte logística de los juegos Panamericanos. Toda la parte de infraestructura ha sido hecha de gobierno a gobierno con los británicos. Lima 2019 solicitó el apoyo del gobierno británico para las arenas, ese otro tipo de intervención que ha funcionado muy bien. A la UNOPS este proyecto nos fue dado un año antes de los juegos. Para este proyecto nosotros hemos hecho 194 licitaciones en un año, 110 para el proyecto y más de 80 para los voluntariados. Entonces los procesos más importantes de telecomunicaciones, transporte, alimentación de los atletas, almacenaje, toda la compra de equipamiento deportivo la hicimos en un año, eso no sería posible con la estructura jurídico administrativa del Estado, necesitas un reglamento más flexible.
Es muy importante que la gente sepa también que todo se hace compartiendo la información correspondiente al gobierno local del país, porque siempre hubo un mito de que los procesos hechos por los organismos internacionales son hechos totalmente cerrados.
—Durante su labor en el Perú ha trabajado en proyectos vinculados a transporte, deporte, cultura. ¿En qué sector ha visto más dificultades?Yo creo que no es el tema del sector porque la regla se aplica a todos. La estructura existente se aplica igualmente al sector de educación o al sector de salud. La UNOPS ha sido pionera en el Perú en la infraestructura hospitalaria, hemos construido alrededor de 10 hospitales en el país. El Incor, el instituto del corazón, fue construido por UNOPS. Yo diría que es un tema general de acuerdo con el diagnostico que he mencionado de las gestiones estructurales en general.
—¿En qué posición de la tabla regional está el Perú en cuanto a gestión pública?Yo creo que obviamente hay algunos países que tienen una posición más avanzada como Chile, pero en general lo que siento es que ese fenómeno es estructural en toda América Latina por el tema de los ordenamientos jurídicos, la cultura, el tema del control. Yo veo una posición semejante en la región.
—¿Cuánto le ha ahorrado la UNOPS en el Perú?Nosotros tenido varios proyectos en el Perú que hemos logrado un ahorro del 12 al 20% del presupuesto público y esto obviamente permite que este ahorro permita reinversión de estos recursos en otros programas de naturaleza social, de salud.
La UNOPS siempre trabaja con el concepto no de valor referencial, sino de costo estimado y lo que define es la licitación y la competencia. Obviamente que hay casos en que las propuestas están infladas y nosotros actuamos antes de contratar para bajar los precios de las propuestas o a veces el valor referencial no está bien definido, no es lo que cuesta el proyecto. Es efectivamente la licitación lo que determina cuánto cuesta el proyecto.
—¿Cómo ve el escenario de cara al futuro?Con el tema de gobierno a gobierno con los británicos, ahora el Perú está yendo por un camino de resolver todo el tema de la brecha de infraestructura en el país, apoyándose en la asistencia de gobierno a gobierno. Esa es una alternativa, ha funcionado en los panamericanos, pero no debe haber una panacea de una sola solución o alternativa para resolver los problemas estructurales del país. Entonces hay proyectos para hacer de gobierno a gobierno, hay proyectos para hacer con organismos internacionales y obviamente hay muchos proyectos que debe hacer el propio país para fortalecer sus capacidades y siempre buscando una mejor flexibilidad de los reglamentos, equilibrando con control y seguridad jurídica porque estamos en la etapa en el país en que, principalmente por los temas de Lava Jato, en que ningún servidor público se atreve a firmar nada y eso no es sostenible a largo plazo para el crecimiento.
—Ahora que termina su labor en el Perú y se irá a México, ¿cuál es ese proyecto que le hubiera gustado realizar en nuestro país? En el fin del gobierno de Humala, nosotros hicimos un proyecto de teleféricos para Independencia, San Juan de Lurigancho y el Agustino. Ese proyecto estaba a punto de ser contratado, el licitante ya estaba seleccionado, y por un tema administrativo, un tema interno del gobierno, del país, no ha sido posible firmar ese proyecto en esta oportunidad. Para mí fue un caso que me dejó mortificado porque hicimos todo esto y con todos los problemas que hay en el transporte, con la gente humilde que vive en los cerros y tiene que subir y bajar escaleras todos los días. Lo que sí puedo decir es que el Perú está retomando esta iniciativa de los teleféricos a nivel de la Municipalidad de Lima y estamos en contacto con ellos para retomar este proyecto.