Hanói. La mesa estaba puesta para el presidente de Estados Unidos Donald Trump y el líder de Corea del Norte Kim Jong-un. Había flores en los floreros, menús en las servilletas blancas, agua en los vasos y grandes abanicos de mimbre que proporcionaban una brisa fresca.
Solo faltaban los invitados.
“Cambio de horario”, anunció la secretaria de prensa Sarah Sanders.
Fue el primer indicio de que había novedades en la cumbre del presidente estadounidense Donald Trump con el líder norcoreano Kim Jong-un.
►¿Qué pasará ahora que la cumbre Kim - Trump terminó sin acuerdo?
►El “sorprendente” momento en el que Kim responde a un periodista extranjero
►La cumbre entre Trump y Kim concluye abruptamente sin acuerdo
¿Qué significaba desde el punto de vista de la desnuclearización?
Los periodistas y fotógrafos reunidos para registrar la plática informal de los mandatarios en el almuerzo fueron obligados a salir de la sala y luego del edificio, anticipando la partida de Donald Trump.
Se multiplicaban las conjeturas.
¿Fingía Donald Trump una partida abrupta como táctica negociadora para presionar a Kim Jong-un? ¿Habría una conferencia de prensa conjunta para anunciar avances en los acuerdos?
Esas teorías demostraron rápidamente su falta de fundamento. Las caravanas de autos de Donald Trump y Kim Jong-un partieron con minutos de diferencia hacia sus respectivos hoteles.
Un comunicado de Sanders dijo que había terminado la cumbre. Sin acuerdo.
Luego de un comienzo tan amistoso, el encuentro había fracasado.
“A veces hay que irse”, dijo Donald Trump en una conferencia de prensa final.
Fue el fracaso dramático de una cumbre que comenzó el miércoles con saludos cordiales, risas y mucho contacto físico por parte de Donald Trump en un hotel de lujo en la capital de Vietnam.
Al reanudarse las conversaciones, Kim Jong-un dijo que la escena de los dos mandatarios _que en otros tiempos se habían calificado mutuamente de “hombre cohete” y “trastornado”_ le recordaba una “película de fantasía”.
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Donald Trump dijo que en la cena de la víspera “se habían intercambiado muchas ideas extraordinarias”.
A la hora del almuerzo resultó que no eran tantas.
Los dos se reunieron en privado durante unos 35 minutos y luego salieron a la zona al aire libre donde se encuentra la piscina, donde se les sumó el secretario de Estado norteamericano Mike Pompeo y el canciller norcoreano Ri Yong Ho.
Pero debido al calor húmedo, se desplazaron al interior de un salón climatizado, de paredes de vidrio, junto al patio.
Los cuatro, acompañados por dos intérpretes, conversaron “informalmente” durante unos 70 minutos.
Donald Trump y Kim Jong-un se tomaron un descanso de 15 minutos antes de volver a reunirse, esta vez con otros funcionarios.
Al inicio de la reunión final, los reporteros invitados a una sesión fotográfica presenciaron una escena inédita: Kim Jong-un respondía a preguntas de periodistas extranjeros, y no una sino varias.
Y luego los despidió.
“Si tuvieran la amabilidad de darnos más tiempo, porque ustedes saben que un minuto, siquiera un minuto es más valioso para nosotros”, dijo Kim Jong-un por intermedio de un traductor.
Pompeo dijo posteriormente que representantes de Estados Unidos estaban esperanzados en lograr un acuerdo incluso el jueves por la mañana después de trabajar durante la noche. Pero no fue suficiente.
La agenda distribuida al público indicaba que a continuación habría un almuerzo, seguido de la ceremonia de firma de un acuerdo. Pero nadie asistió al almuerzo, y no había nada para firmar.
En cambio, el avión presidencial Air Force One despegó con dos horas de anticipo. Donald Trump regresaba a Washington sin un trato.
Fuente: AP