Bagdad / Mosul, EFE
La contraofensiva que los peshmergas kurdos, con el apoyo de los bombardeos de EE.UU., han lanzado sobre las posiciones yihadistas en el norte de Iraq dio hoy sus primeros frutos con la toma de dos ciudades estratégicas.
Las localidades de Gwer y Majmur, en los límites de la región autónoma del Kurdistán iraquí, fueron hostigadas durante dos días por los cazabombarderos estadounidenses, lo que permitió a la infantería kurda avanzar hoy sobre ellas sin encontrar excesiva resistencia.
La ubicación de ambas localidades es capital para alejar el fantasma del grupo yihadista Estado Islámico (EI) del hasta ahora próspero y estable Kurdistán iraquí, un firme aliado occidental en el avispero iraquí.
Majmur está enclavada en la confluencia de las provincias de Kirkuk, Erbil y Nínive, por lo que su captura encierra un alto valor estratégico, pese a que el EI permanece fuerte en sus bastiones, especialmente la cercana ciudad de Mosul, la segunda mayor de Iraq, que capturó hace justo dos meses.
El Pentágono confirmó que hoy llevó a cabo una cuarta serie de ataques aéreos selectivos con aviones de combate y aparatos no tripulados en el norte de Iraq, dirigidos contra las posiciones del EI en las proximidades de Erbil, capital del Kurdistán iraquí.
Según los datos aportados por el Mando Central de Estados Unidos (CENTCOM), estos ataques destruyeron una posición de mortero y varios vehículos armados, uno de los cuales estaba disparando contra las fuerzas kurdas en los accesos a Erbil.
Dirigentes militares kurdos aseguraron a la agencia kurda Rudaw que en todos los frentes de la provincia de Nínive los yihadistas se están replegando, mientras que en Kirkuk y en el norte de la provincia de Diyala sus números están descendiendo.
Pese a todo, en el frente de Yalaula, en Diyala, los peshmergas se hallan inmersos en combates en los que habrían muerto unos 25 milicianos extremistas.
La reacción militar kurda, con la cobertura aérea también de la aviación iraquí, permitió hoy a unos 20.000 civiles de la minoría yazidí escapar del cerco al que estaban sometidos en el Monte Sinyar, junto a la ciudad del mismo nombre, que concentra a la mayoría de fieles de esta religión esotérica y preislámica.
Una fuente del Gobierno municipal de Sinyar explicó a Efe que los yazidíes consiguieron llegar a zonas del Kurdistán iraquí y de la cercana Siria, gracias a la ayuda militar kurda.
Pese a ello, también aseguró que combatientes del EI han ejecutado en los últimos días a cientos de yazidíes por rechazar convertirse al islam, si bien no pudo precisar el número exacto.
En esa misma línea, señaló que unas 300 familias yazidíes, que habitan las aldeas de Jansur, Koya y Hetin, han sido amenazadas de muerte por el EI si no abrazan la fe musulmana en un plazo que expira esta tarde.
Otra fuente, el redactor jefe del diario local “Mahdar”, Luqman Kuli al Jansuri, puntualizó que el ultimátum de los yihadistas afecta en total a más de 500 familias: 330 en el pueblo de Jansur, 120 de la localidad de Koya, y otras 54 del pueblo de Hetin.
La campaña de terror emprendida por los extremistas, con la cooperación de miembros del antiguo régimen de Sadam Husein y milicianos tribales, ha obligado ya a huir de sus hogares a unos 600.000 civiles pertenecientes a minorías étnicas y religiosas.
Los cristianos, yazidíes, turcomanos y shabak son algunas de las minorías que han convivido durante mucho tiempo con los musulmanes en Iraq, donde ahora son perseguidos por el EI.