Beijing, AP
El crecimiento económico de China se desaceleró en el primer trimestre a 7,4%, su nivel más bajo en 24 años, lo cual eleva el peligro de la pérdida de empleos y de posibles secuelas para los socios comerciales del país.
La cifra que difundió el miércoles el Gobierno fue inferior a la de 7,7% del trimestre pasado. También está por abajo de la meta oficial de crecimiento para todo el año de 7,5% que anunciaron en marzo las autoridades.
Beijing intenta conducir a China, la segunda economía más grande del mundo, hacia un crecimiento más lento y más sostenible basado en el consumo interno más que en el comercio y la inversión después de una década de explosiva expansión.
También se ha desacelerado el aumento de las ventas minoristas, de la producción en las fábricas y de la inversión, lo cual eleva la posibilidad de la pérdida de empleos, una coyuntura políticamente peligrosa.
Las autoridades del gigante asiático han dejado entrever que están dispuestas a tolerar un crecimiento inferior al objetivo oficial si la economía continúa generando suficientes trabajos para evitar una posible agitación social.
En un indicio de preocupación hacia el empleo, las autoridades emprendieron en marzo un programa de miniestímulos que prevé inversiones en la construcción de vías férreas, viviendas de bajo costo y otras obras públicas.
Las recientes cifras sobre el crecimiento son las más débiles desde las que se precipitaron a 3,8% en 1990 después de la represión contra manifestantes que exigían democracia en la plaza de Tiananmen y que propició el aislamiento internacional de Beijing.
Un crecimiento más débil en China podría tener repercusiones globales, perjudicaría a las economías asiáticas y de otras latitudes, como Australia y Brasil, de las que el gigante asiático es el principal mercado para materias primas y componentes industriales.
Las importaciones chinas registraron en marzo una fuerte contracción de 11,3%, señal de una débil demanda de materias primas por parte de los sectores manufacturero y de la construcción.
“Un aterrizaje difícil de la economía china es uno de los peligros más grandes que empañan las perspectivas para el resto de las naciones emergentes en Asia”, dijo esta semana en un informe la firma Capital Economics.