Bangkok [Agencias]. Miles de manifestantes tailandeses lanzaron su “batalla final” contra el Gobierno, que dejó varios heridos leves en un asalto frustrado contra un edificio de la policía donde trataron de derribar los muros de cemento coronados con alambres de púas.
La movilización ocurrió dos días después de que la Corte Constitucional destituyera a la primera ministra Yingluck Shinawatra con el argumento de que había transferido ilegalmente a un funcionario civil de un cargo a otro.
Los jueces, de forma unánime, destituyeron a Shinawatra, que llegó al cargo hace 3 años, por utilizar su puesto en el 2011 para remover al secretario general del Consejo de Seguridad Nacional y así promover a un familiar. Otros nueve ministros que respaldaron el cambio también fueron retirados.
En realidad, la crisis política del país empezó en el 2006 cuando el hermano de Yingluck, Thaksin Shinawatra, fue destituido en un golpe militar luego de que se le acusara de corrupción, abuso de poder y falta de respeto al rey Bhumibol Adulyadej. Desde entonces las protestas contra los Shinawatra han ido en aumento.
La primera ministra fue reemplazada por el viceprimer ministro y ministro de Comercio, Niwathamrong Boonsong-phaisan, quien fue designado por los restantes miembros del Ejecutivo. Por esta razón ahora los manifestantes reclaman la destitución de todo el Gobierno.
“Retomaremos el poder soberano e instauraremos un gobierno del pueblo”, declaró Suthep Thaugsuban, líder de los manifestantes, quien cree que Thaksin Shinawatra dirige a su hermana y a su entorno desde el exilio.
Sin embargo, su lucha se enfrenta a un gran obstáculo: los Camisas Rojas, manifestantes progubernamentales, quienes han convocado para hoy otra gran marcha en el centro Bangkok. Por ello, centenares de policías han sido desplegados en las principales avenidas ante la amenaza de más choques violentos.
Como lo recuerda el diario “El Mercurio”, esta es la tercera vez que un ministro que representa el movimiento político de los Shinawatra es retirado de su cargo por una orden judicial.
El movimiento, que tiene su base en las provincias de este país de 67 millones de habitantes, ha ganado todas sus elecciones desde el 2001, pero tiene fuertes detractores en la capital Bangkok.
El gran temor es que se repitan las escenas que se vieron en noviembre pasado, cuando más de 20 personas murieron y cientos resultaron heridas en enfrentamientos a tiros y granadas.