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Islamabad, Agencias
Soldados y fuerzas paramilitares pakistaníes custodian las oficinas centrales del canal de televisión estatal PTV, luego de que una multitud de manifestantes antigubernamentales ingresaran al edificio y sacaran la señal del aire.
Los manifestantes, liderados por los opositores Imran Khan, un popular jugador de cricket convertido en político, y Tahir ul-Qadri, un clérigo, han estado en las calles durante semanas tratando de derrocar el gobierno del primer ministro Nawaz Sharif.
Las protestas derivaron en caos el fin de semana, con manifestantes enfrentando a la policía en un área del centro cercana a edificios gubernamentales y embajadas, lo que dejó un saldo de tres muertos.
Sharif, quien fuera derrocado por el ejército durante un golpe militar en 1999, volvió mediante una gran victoria electoral en mayo del año pasado, por lo que se ha negado a renunciar. En tanto, los líderes de la oposición han rechazado sus llamados al diálogo, lo que ha creado un peligroso estancamiento.
LA TELEVISIÓN NACIONALLos enfrentamientos estallaron por la mañana y continuaron esporádicamente durante el día. El canal de televisión estatal PTV y su servicio en inglés PTV World fueron sacados del aire después de que manifestantes ingresaran en sus instalaciones.
Una fuente de PTV señaló que los manifestantes habían ocupado la principal sala de control y habían roto algunos equipos. Miembros uniformados de una fuerza paramilitar y soldados aseguraron poco después el edificio y el canal volvió a salir al aire.
Imran Khan negó que sus seguidores hubieran participado en el asalto a la estación de televisión.
(Reuters)
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LA CASA DEL PREMIERLa violencia continuó durante la mañana en el país asiático con una marcha de los manifestantes a la residencia oficial de Nawaz Sharif.
Los manifestantes lograron derribar la valla que protege el Secretariado de Pakistán, vivienda y oficina del mandatario paquistaní, a pesar de que la policía usó material antidisturbios.
Tras ello, unos 1.200 opositores se mantienen apostados frente al Secretariado exigiendo su dimisión, mientras se desconoce si Sharif se encuentra en su interior.
En el país con armas nucleares, donde el poder ha cambiado frecuentemente de manos a través de golpes militares en lugar de elecciones, el ejército probablemente juegue un papel clave en cómo el conflicto se desarrolla, pero no ha intervenido directamente, más allá de reunirse con los protaganistas e instarlos a la moderación.
El jefe del ejército, el general Raheel Sharif y el primer ministro Sharif se reunieron, pero no estaba claro qué temas discutieron.