La multitudinaria despedida que los habaneros brindaron anoche a Fidel Castro, con un gran acto de masas en la Plaza de la Revolución, contrasta con la escasa representación de mandatarios de alto nivel que acudieron a la capital. Se contó a casi una treintena, pero las ausencias pesaron más que las presencias, sobre todo después de que durante la última década La Habana se convirtiera en una especie de meca de las ideas, donde dirigentes latinoamericanos, líderes de izquierda, incluso mandatarios del resto del mundo buscaron el contacto, y la fotografía, con el ex dictador.Tweets por el @Mundo_ECpe. !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+“://platform.twitter.com/widgets.js”;fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document,“script”,“twitter-wjs”);
El primero en sumarse al homenaje fue Nicolás Maduro , el gran socio y aliado venezolano. “El comandante de todos los tiempos”, firmó a modo de dedicatoria en el libro de condolencias. “Dos gigantes infinitos, dos revoluciones hermanas: la cubana, martiana y fidelista; la venezolana, bolivariana y chavista”, subrayó el hijo político del Castro, que en su juventud permaneció un año en la isla formándose en la escuela de cuadros del Partido Comunista.
Maduro acudió a la Plaza de la Revolución junto al presidente boliviano Evo Morales . Más tarde esperaban al ecuatoriano Rafael Correa y el nicaragüense Daniel Ortega , para cerrar la cuadratura de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América, creada por los dos líderes revolucionarios ya fallecidos.
“Tendrán que lavarse la boca con lejía atómica aquellos que han alzado su voz para mal hablar de este gigante... La muerte celebrará con ellos muy pronto su festín en el infierno”, disparó Maduro antes de partir a Cuba.
El mexicano Enrique Peña Nieto, cuyo partido, el PRI, fue siempre procastrista; el panameño Juan Carlos Varela, y el colombiano Juan Manuel Santos, que tanto le debe a La Habana en la construcción de su proceso de paz, también anunciaron previamente su llegada a la isla. Del resto del continente, representaciones de mayor o menor magnitud y destacadas ausencias de Chile, Brasil (uno de los principales socios comerciales, representado por el canciller José Serra), la Argentina y, sobre todo, Estados Unidos, pese al deshielo promovido por Barack Obama y por Raúl Castro .
El presidente estadounidense decidió enviar una delegación no oficial, encabezada por Ben Rhodes, asesor adjunto de Seguridad Nacional y pieza clave en los dos años de negociaciones con la isla.
“Es realpolitik. El peso del símbolo está sobrevalorado en el mundo de intelectuales y medios. Pertenece a otra época y los mandatarios inmersos en tiempos convulsos como éstos le han rendido el tributo necesario para complacer al régimen aliado”, certifica el politólogo cubano Armando Chaguaceda.
El rey Juan Carlos surgió ayer como la figura más destacada desde Europa. El monarca mantuvo buenas relaciones personales con Fidel Castro, fortalecidas tras su participación en la Cumbre Iberoamericana de 1999 en La Habana. En aquella cita, Juan Carlos intentó mitigar los constantes enfrentamientos entre el por aquel entonces jefe del gobierno José María Aznar y el héroe de Sierra Maestra. En 1975, Castro ordenó tres días de luto en la isla tras la muerte del general Francisco Franco, pese a situarse en las antípodas ideológicas.
Francia envió a su ministra de Medio Ambiente, Ségolène Royal, y el resto de los países lo hicieron con figuras diplomáticas, de mayor o menor enjundia. Sí sorprendió la ausencia de Vladimir Putin, representado por su cercano Viatcheslav Volodin, presidente de la Cámara baja.
Tampoco faltó el dictador de Zimbabwe, Robert Mugabe, ya presente en setiembre en la Cumbre de Países No Alineados de Margarita. Y Jacob Zuma, que llegó desde Sudáfrica precedido de las constantes alabanzas a la amistad entre Fidel y Nelson Mandela. No faltaron siete primeros ministros del Caribe y cuatro más africanos.
El encargado de realizar en la Plaza de la Revolución la última guardia de honor, horas antes del acto de masas fue el propio Raúl Castro. Escoltándole, su colaborador más estrecho, José Ramón Machado Ventura, segundo vicepresidente y compañero de la lucha en Sierra Maestra, como se puede comprobar en la imagen distribuida por los medios oficiales. Machadito, como lo llama Raúl, está descartado para la sucesión por su edad.
Y detrás de ambos, el comandante Ramiro Valdés, otro héroe de la guerrilla cuyas broncas con el actual presidente son conocidas, y Miguel Díaz-Canel, vicepresidente del Consejo de Estado y gran favorito para la sucesión de 2018 junto al coronel Alejandro Castro, el único hijo varón de Raúl y el favorito de los militares.
►Una invitación para la polémica
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Presentes:
— Nicolás Maduro: Presidente de Venezuela
— Robert Mugabe: Presidente de Zimbabwe
— Evo Morales: Presidente de Bolivia
— Rafael Correa: Presidente de Ecuador
Ausentes
— Vladimir Putin: Presidente de Rusia
— Mauricio Macri: Presidente de la Argentina
— Barack Obama: Presidente de EE.UU.
— Michel Temer: Presidente de Brasil
Fuente: La Nación, GDA
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