Acaba de cumplir 92 años y es uno de los monumentos más reconocibles de mundo, convertido desde hace décadas en un ícono de la ciudad californiana de Los Ángeles y de la industria del cine que esta alberga.Seguir a @Mundo_ECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
Ahora, el cartel de Hollywood, al que cada año se acercan decenas de miles de turistas para tomarse una foto frente a sus enormes letras blancas, es objeto de una agria disputa que ha acabado en los tribunales.
Los residentes del barrio de Beachwood Canyon, situado en las laderas del monte Lee, en cuya cima descansa el famoso letrero, acaban de presentar una demanda contra el ayuntamiento de Los Ángeles para exigirle que restrinja el acceso a la zona de los visitantes llegados de todo el mundo.
Están hartos del constate ir y venir de los automóviles de particulares y de empresas turísticas, cuya presencia en las estrechas y angostas calles del área -desde la que se consiguen las mejores y más cercanas vistas del cartel de Hollywood- dicen que supone “un riesgo”.
Según argumentan, el colapso de tráfico que a menudo se produce en este barrio acomodado, en el que el precio de muchas casas supera los US$2 millones, dificulta el acceso de los servicios de emergencia, algo que les preocupa en caso de que, por ejemplo, se produzca un incendio.
No hace mucho que llegar al pie del cartel era una tarea casi imposible por la laberíntica geografía de Beachwood Canyon, barrio que era conocido originalmente como Hollywoodland, nombre que le dieron los promotores inmobiliarios que erigieron las letras en 1923 y construyeron las primeras viviendas en la zona.
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Los vecinos han llenado el barrio de carteles con los que buscan disuadir el paso de los visitantes. (Foto: Getty Images)
Todo cambió con la popularización de la tecnología GPS, que ha permitido a los turistas encontrar con sus celulares y tabletas rutas de acceso al letrero que antes eran un secreto, haciendo que la masificación de la zona haya aumentado considerablemente.
Cansados de esta situación, los vecinos, que llevan años protestando y que han llenado el barrio de carteles con los que buscan disuadir el paso de los visitantes, han presentado una demanda contra el municipio, que se suma a la que interpuso un negocio de hípica de la zona a fines del 2014.
Acusan al antiguo concejal del barrio, Tom Labonge, quien dejó su cargo hace unas semanas, de haber promovido la llegada de turistas con la inauguración de dos nuevas áreas de acceso a los terrenos aledaños al cartel, que forman parte de un parque de titularidad pública.
Labonge, por su parte, se ha defendido diciendo que el culpable es el GPS y desde el municipio no quieren hacer comentarios sobre la demanda, aunque aseguran que están trabajando para ver cómo pueden satisfacer los reclamos de los vecinos.
“Una tragedia”
“Los fines de semana cerca de 10.000 turistas visitan esta zona y obviamente llegan hasta aquí con sus automóviles, aparcando donde les da la gana y colapsando unas calles de poco más de 6 metros de ancho y sin veredas”, le explica a BBC Mundo Tony Fisch, vecino del área que lleva años luchando para que se restrinja el acceso a Beachwood Canyon.
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Cada año se acercan al cartel decenas de miles de turistas para tomarse una foto frente a sus enormes letras. (Foto: Getty Images)
“A eso hay que sumar los autobuses turísticos que no tienen permitido subir hasta aquí pero que lo hacen de todos modos”, apunta Fisch, quien asegura que “uno de los grandes problemas son los fumadores”.
“Cientos de visitantes fuman cada día en una zona muy seca con un alto riesgo de incendio. Si hubiera un fuego, con lo congestionadas que están las calles, los bomberos no podrían acceder a este lugar”.
“Ha habido dos incendio desde el 2011 y nos preocupa que ocurra una tragedia en la que puedan morir turistas o vecinos. Es una cuestión de seguridad pública”.
Fisch reconoce que el turismo es bueno para la ciudad de Los Ángeles, aunque cree que se han de habilitar nuevas áreas para que los visitantes puedan admirar y sacar fotos del cartel “sin poner en peligro a nadie”.
Las autoridades no niegan que existe un problema de masificación en la zona y ahora todas las miradas están puestas en el concejal David Ryu, quien acaba de sustituir en el cargo a Tom Labonge y prometió a los vecinos de Beachwood que trabajará para que se sientan seguros.
De momento los residentes de la antigua Hollywoodland han conseguido, por ejemplo, que el servicio de mapas de Google lleve a los visitantes en vez de a su barrio, al vecino Observatorio Griffith, desde donde se puede admirar el cartel de Hollywood, aunque las vistas no son comparables.
Hay quien piensa que los que se mudaron a la zona sabían que ahí estaba el letrero y que vivir junto a uno de los monumentos más famosos del mundo tiene su precio.
¿Es este demasiado caro?
Un cartel con historia
- El cartel de Hollywood fue colocado sobre el Monte Lee en 1923, a un costo de US$21.000. Era un aviso publicitario de una empresa de bienes raíces para promocionar el desarrollo inmobiliario conocido como “Hollywoodland”.
- Hacia 1940, el cartel estaba completamente deteriorado y sin mantenimiento. Lo reconstruyó la Cámara de Comercio de Hollywood en 1949, sin las últimas 4 letras del original.
- En 1973 fue declarado monumento histórico y cultural de Los Ángeles y en 1979 se reinauguró con las letras hechas en metal, tal como está hoy.
- Cada letra mide 15,2 metros de altura y las nueve en conjunto se extienden por 137 metros.
- El cartel de Hollywood ha aparecido en decenas de películas - entre ellas “Terminator Salvation”, “Shrek 2”, “Mulholland Drive”... y en series televisivas como “Nip/Tuck”, “Héroes” y “Los Simpsons”.