Dos décadas después de que California se volviera el primer estado en legalizar la marihuana para uso medicinal, los intentos para que los enfermos puedan consumir legalmente la hierba están ganando terreno lentamente en el sur de Estados Unidos.Follow @Mundo_ECpe
Un renovado proyecto de atención médica presentado este año en Carolina del Sur tiene el apoyo de varios de los legisladores más conservadores del estado, que han cambiado de opinión debido a las pérdidas sufridas en sus propias familias o a las súplicas de padres y pastores en sus distritos.
El representante estatal Eric Bedingfield fue uno de los políticos que rechazó inicialmente el consumo legal de marihuana, pero cuando su hijo mayor se volvió adicto a los opioides por seis años y se infligió una sobredosis, el republicano conservador copatrocinó un proyecto de ley sobre cannabis medicinal.
“Mi opinión ha cambiado. Yo era alguien que la veía como una sustancia negativa y ahora digo 'Esto tiene beneficios''', afirmó Bedingfield recientemente.
El político, de 50 años de edad, cree ahora que la marihuana puede liberar a los adictos de su dependencia de los opioides. En última instancia, el veterano de la Armada espera que la marihuana medicinal pueda ser una alternativa inicial a las personas a las que se les ha recetado OxyContin y otros analgésicos opioides, ayudando a frenar una epidemia que ha destruido familias de todos los niveles económicos.
Hay 28 estados que permiten programas integrales de marihuana medicinal, pero solo dos de ellos están en el sur conservador de Estados Unidos.
Los votantes de Arkansas y Florida aprobaron sus iniciativas de ley respectivas en noviembre pasado, pero ninguna se ha aplicado todavía. Una ley promulgada el año pasado en Luisiana, que aún no ha entrado en vigor, no permite fumar marihuana.
Hace tres años, los legisladores estatales aprobaron una ley muy estrecha que permite a los pacientes con epilepsia grave, o a sus cuidadores, poseer legalmente cannabidiol, o CBD, un aceite no psicoactivo derivado de la marihuana. Bedingfield votó en contra de esa idea.
Bedingfield es ahora uno de los legisladores más conservadores del estado que están promoviendo la marihuana medicinal en Carolina del Sur.
Bill Davis, un escritor cristiano que dirige estudios bíblicos para personas que luchan contra la adicción a las drogas, dijo que antes de probar la marihuana estaba postrado en cama. Hace dos años se le diagnosticó fibrosis pulmonar idiopática, una enfermedad pulmonar incurable. Dijo que se le administró una medicina experimental que tenía unos “efectos secundarios horribles”.
“Tenía que decidir entre morir de enfermedad pulmonar o de insuficiencia renal o hepática”, dijo Davis.
Luego empezó a inhalar vapor de marihuana, lo que le permite controlar la cantidad de CBD y THC que recibe.
“Estoy orando para que este estado me permita recibir tratamiento legal para que yo viva” recurriendo a “una planta que Dios hizo”, añadió.
Fuente: AP
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